En Medellín hay una política pública para sus derechos y han ganado en oportunidades, pero los afrodescendientes se sienten marginados.
Según el censo del Dane de 2005, en Medellín hay 138 mil afrodescendientes, cifra que debe ser mucho más alta, pues además que han pasado siete años desde ese conteo, el mismo tuvo dificultades.
Así lo reconoció en su momento Lyz Giraldo , coordinadora de Medellín Incluyente de la Diversidad Étnica y Cultural, un proyecto de la Secretaría de Cultura Ciudadana diseñado exclusivamente para la atención de este grupo.
"No teníamos una caracterización de cómo vive la población afro en la ciudad, porque el censo nacional del 2005 tuvo dificultades con la pregunta sobre el tema étnico, así que no hay cifras precisas al respecto".
La aclaración se dio en 2010, cuando Medellín fue nombrada Ciudad Titular de la Coalición Latinoamericana contra Xenofobia y Racismo en reconocimiento al trabajo adelantado con la población negra y como antesala a la celebración del Año Internacional de los Afrodescendientes.
La dependencia anunció también la aplicación de 6.000 encuestas en toda la ciudad para identificar más certeramente el número de habitantes afro y detectar cómo viven y en dónde están asentados.
Esta información ha sido vital para el desarrollo del proyecto "Medellín Incluyente de la Diversidad Étnica", que define la política pública para los afrodescendientes, las estrategias y actividades para que esta población no sólo sea reconocida sino que goce de los mismos derechos que los demás grupos poblacionales.
¿Cómo viven?
La mayoría están asentados en las más altas laderas y en barrios periféricos.
Este fenómeno se ha dado porque la capital de Antioquia es "una ciudad receptora", a donde llegan la mayoría de desplazados de poblaciones antioqueñas y del Chocó, aclara Humberto Córdoba , presidente del Consejo de San Andrés, un asentamiento afrodescendiente en Girardota que muchos consideran como un palenque, y a la vez representante la Consultiva Departamental para esta población.
Aunque admite que su gente ha ganado reconocimiento, aún hay mucho camino por recorrer para que sea tratada con igualdad.
"Los afrodescendientes están en asentamientos subnormales, en cordones de miseria y en los semáforos, porque ellos vienen a la ciudad por motivos violentos, vienen huyéndole a la violencia y como acá no tienen un tratamiento adecuado, se asientan donde puedan montar su ranchito, así sea bajo plásticos".
La visión la comparte Luis Mosquera Orjuela , director ejecutivo y representante legal de Corsic -Corporación Social Integral Colombiana-, una ONG que trabaja en la defensa de los derechos humanos y sociales de los grupos marginados.
Ambos líderes, sin embargo, afirman que Medellín está en mora de reconocerles a los afros su aporte al crecimiento de la ciudad.
Destacan que fueron sus obreros los protagonistas de las grandes obras públicas, entre ellas la canalización de la quebrada Santa Elena o el metro, sin dejar de mencionar el aporte cultural que han hecho.
"Aún así, nuestra gente sigue ocupando empleos marginales, los hombres son albañiles, obreros o venteros ambulantes y las mujeres empleadas domésticas", apunta Córdoba.
Dice que donde más se han destacado es en el campo educativo. Hay muchos profesores afro en Antioquia.
La risa y la soledad
En la parte alta de Robledo existe la llamada "calle de los negros", un paso entre los barrios Miramar y El Diamante y se llama así porque casi todos sus residentes son de color.
Su líder es Aurelio Enrique Córdoba, conocido como "Tintán", quien se conoce al dedillo la historia de cómo su población fue a parar allí.
"Nosotros habíamos llegado del Chocó y vivíamos por La Bayadera, junto al río, pero cuando iban a construir La Alpujarra nos sacaron de allá y nos trajeron acá, a otros los llevaron para Caribe".
El sector se llama Jorge Eliécer Gaitán y todos los residentes conocen la historia. Una es Flor Isabela Mosquera, que llegó con dos hijos y ya tiene 8. Dice que les tocó prácticamente hacer las casas, "porque eran solares con un muro y la calle era un barrizal, entre todos la hicimos".
De eso han transcurrido casi treinta años y así como ella y los viejos aman su lugar y su color, los jóvenes tampoco reniegan de su suerte.
"A mí me encanta que me digan negra, no veo problema en eso porque es el color de la alegría, de la esperanza", comenta Bibiana Urrutia , que a sus 28 años quisiera una mejor suerte para su gente, a la que aún ve muy marginada del progreso de la ciudad.
Ella misma no tiene trabajo, pero exhibe una amplia sonrisa. Sus dientes se ven blancos, muy blancos. Comenta que la pobreza nunca le entristecerá su alma.
En otro extremo, al oriente de la ciudad, en el asentamiento Esfuerzos de Paz, un sector también poblado por muchos afrodescendientes, Julia Esther Mendoza cuenta sus penas y alegrías.
Tiene 32 años y cuatro hijos de 13, 10, 9 y 5 años. Los cría ella sola, porque el compañero sentimental la dejó.
"Llegamos acá hace 11 años a buscar dizque el sueño americano, que para nosotros es Medellín, pero no he progresado mucho te lo digo".
Mucho significa nada, pues habita un humilde rancho de madera y vive de trabajar por días en casas de familia.
Sus vecinas y vecinos, todos afro, viven prácticamente igual. A pesar de esto, dicen que no retornarían al Chocó, su tierra, "porque por acá uno no se muere de hambre y siempre hay una esperanza", comenta Francisca Ibargüen , una negra de 38 años y con tres hijos por levantar.
Los niños juegan a su lado en un columpio y con unas cadenas. Tienen libertad. Les faltan oportunidades.
ANTECEDENTES
UN PROYECTO EXCLUSIVO PARA ESTE GRUPO
En el proyecto "Medellín Incluyente de la Diversidad Étnica", de la Secretaría de Cultura Ciudadana, el Municipio definió su política pública para este grupo. Además de capacitar líderes y fortalecer unas 30 organizaciones afrocolombianas, mediante el acuerdo 11 de 2006 se creó el Consejo Municipal para los Afrodescendientes. Con estrategias como el Consejo Municipal de Cultura, el de Planeación Territorial, el de La Juventud y los Clubes Juveniles Afro, se les da salida a sus demandas e intereses. Se creó la Casa de la Integración Afrocolombiana y la Oficina de Asuntos Étnicos. Y se institucionalizó el evento la Semana Nacional de la Afrocolombianidad (en mayo de cada año).
CLAVES
POLÍTICAS PÚBLICAS Y LOCALIZACIÓN
1. A nivel departamental existe la ordenanza 10 de 2007, que adopta una política pública afro.
2. Esta política se trata de desarrollar a través de la Gerencia de Negritudes de la Gobernación.
3. En Medellín se cuentan alrededor de 30 organizaciones de raíz afrodescendiente.
4. Donde más tratan de conservarse las raíces afro es en Girardota, con las fiestas del sainete.
5. Barrios como Moravia, La Iguaná, Vallejuelos y Unión de Cristo tienen amplia población negra.