La maravillosa escena de liberación se llevó a cabo ayer en un predio privado en la vereda El Mirador, entre Anzá, Heliconia y Armenia Mantequilla.
La rejilla del guacal se abrió y uno a uno los cuatro de la manada salieron, miraron a su alrededor y después de unos segundos de observar que no había peligro, solo unos cuantos camarógrafos al frente que les tomaban fotos, ¡zas., los cuatro corrieron monte adentro a treparse a los árboles. Al instante se abrió el otro guacal y se repitió la escena.
En menos de tres minutos ocho monos aulladores se fueron a gozar su libertad. La escena de liberación se llevó a cabo ayer en un predio privado en la vereda El Mirador, ubicada entre las poblaciones de Anzá, Heliconia y Armenia Mantequilla, en el Occidente de Antioquia, donde los ejemplares vivirán a sus anchas, tras varios años de haber sufrido cautiverio, primero en casas de familia y luego en el Zoológico Santafé, donde se les curó, se les protegió y les dio un proceso de adaptación para volverlos a monte.
"Para ellos, de todas maneras, es como volver a empezar. De saborear frutas dulces pasarán a comer solo hojas y a sobrevivir por sí mismos, sin la mano protectora de los humanos", precisó Sandra Milena Correa, directora del Zoológico Santafé, que realizó la liberación junto con Corantioquia.
Los monos aulladores son una especie encantadora, carismática, tranquila, nada agresiva y mirándolos de frente, parecen bebés inquietos. Es esto lo que los hace atractivos para los comerciantes de fauna silvestre, que los atrapan y los venden a los viajeros, que son felices llevándolos a sus casas, donde les cambian la dieta y los someten a estilos de vida opuestos a su naturaleza, que es folívora, es decir, se alimentan de hojas.
"Hay gente que les da hasta hamburguesa, una dieta que nada tiene que ver con ellos", indicó Martha Ocampo, médica veterinaria del zoológico.
Adaptación
Previo a la liberación, los monos son llevados a un centro de adaptación en Jericó, donde se les observa año y medio y se les prepara para liberarlos. Allí se determina cuáles han ganado el derecho de volver al monte.
"Observamos que la manada tenga un líder, porque eso garantiza que él los guiará en su nuevo destino. Allá, de todos modos, ya se les ha cambiado en gran parte su dieta de frutas por hojas y cuando lleguen al monte no sufrirán tanto el impacto", explicó el biólogo del zoo y de este proceso, Carlos Mario Vélez.
La zona elegida para soltarlos fue un área protegida de un predio privado, cuyo propietario ama los animales, lo que garantiza que nadie intentará cazarlos. Es un bosque seco tropical cercano al río Cauca, de los que quedan pocos, similar a su hábitat natural y no tendrán problemas de adaptación, explicó el biólogo Vélez. En esta zona han sido liberados otros 36 monos aulladores y en La Pintada 20.
"Esta semana será dura para los monos", advirtió la directora del zoológico. Ellos, trepados en lo más alto de los árboles, observaban el valle y si de pronto sufrirán los primeros días, será el precio de su libertad. Todo pasará cuando se adapten a su nuevo hábitat. Nada más maravilloso que ver a un animal silvestre gozando de su libertad.
¿QUÉ SIGUE?
OBSERVACIÓN DE CAMPO
El biólogo Carlos Mario Vélez se queda en la zona unos días observando su comportamiento y estará presto a asistirlos y darles un poco de fruta a los que no se adapten rápido a las hojas. Otros 13 siguen en Jericó en el proceso para ganar la libertad.
EN DEFINITIVAPersonal experto quedará en la zona de liberación por varios días con el fin de observar su comportamiento y los asistirá. Otros 13 monos siguen en el municipio de Jericó en el proceso para ganar la libertad.
La rejilla del guacal se abrió y uno a uno los cuatro de la manada salieron, miraron a su alrededor y después de unos segundos de observar que no había peligro, solo unos cuantos camarógrafos al frente que les tomaban fotos, ¡zas., los cuatro corrieron monte adentro a treparse a los árboles. Al instante se abrió el otro guacal y se repitió la escena.
En menos de tres minutos ocho monos aulladores se fueron a gozar su libertad. La escena de liberación se llevó a cabo ayer en un predio privado en la vereda El Mirador, ubicada entre las poblaciones de Anzá, Heliconia y Armenia Mantequilla, en el Occidente de Antioquia, donde los ejemplares vivirán a sus anchas, tras varios años de haber sufrido cautiverio, primero en casas de familia y luego en el Zoológico Santafé, donde se les curó, se les protegió y les dio un proceso de adaptación para volverlos a monte.
"Para ellos, de todas maneras, es como volver a empezar. De saborear frutas dulces pasarán a comer solo hojas y a sobrevivir por sí mismos, sin la mano protectora de los humanos", precisó Sandra Milena Correa, directora del Zoológico Santafé, que realizó la liberación junto con Corantioquia.
Los monos aulladores son una especie encantadora, carismática, tranquila, nada agresiva y mirándolos de frente, parecen bebés inquietos. Es esto lo que los hace atractivos para los comerciantes de fauna silvestre, que los atrapan y los venden a los viajeros, que son felices llevándolos a sus casas, donde les cambian la dieta y los someten a estilos de vida opuestos a su naturaleza, que es folívora, es decir, se alimentan de hojas.
"Hay gente que les da hasta hamburguesa, una dieta que nada tiene que ver con ellos", indicó Martha Ocampo, médica veterinaria del zoológico.
Adaptación
Previo a la liberación, los monos son llevados a un centro de adaptación en Jericó, donde se les observa año y medio y se les prepara para liberarlos. Allí se determina cuáles han ganado el derecho de volver al monte.
"Observamos que la manada tenga un líder, porque eso garantiza que él los guiará en su nuevo destino. Allá, de todos modos, ya se les ha cambiado en gran parte su dieta de frutas por hojas y cuando lleguen al monte no sufrirán tanto el impacto", explicó el biólogo del zoo y de este proceso, Carlos Mario Vélez.
La zona elegida para soltarlos fue un área protegida de un predio privado, cuyo propietario ama los animales, lo que garantiza que nadie intentará cazarlos. Es un bosque seco tropical cercano al río Cauca, de los que quedan pocos, similar a su hábitat natural y no tendrán problemas de adaptación, explicó el biólogo Vélez. En esta zona han sido liberados otros 36 monos aulladores y en La Pintada 20.
"Esta semana será dura para los monos", advirtió la directora del zoológico. Ellos, trepados en lo más alto de los árboles, observaban el valle y si de pronto sufrirán los primeros días, será el precio de su libertad. Todo pasará cuando se adapten a su nuevo hábitat. Nada más maravilloso que ver a un animal silvestre gozando de su libertad.
¿QUÉ SIGUE?
OBSERVACIÓN DE CAMPO
El biólogo Carlos Mario Vélez se queda en la zona unos días observando su comportamiento y estará presto a asistirlos y darles un poco de fruta a los que no se adapten rápido a las hojas. Otros 13 siguen en Jericó en el proceso para ganar la libertad.
EN DEFINITIVAPersonal experto quedará en la zona de liberación por varios días con el fin de observar su comportamiento y los asistirá. Otros 13 monos siguen en el municipio de Jericó en el proceso para ganar la libertad.