En el Área Metropolitana han capturado este año a 355 delincuentes dedicados a esta actividad, que deja en el comercio pérdidas anuales por 40.000 millones de pesos.
A pesar de que todavía no hay cifras contundentes, la lucha contra la extorsión en el Centro de Medellín avanza y, por lo menos, ya se reportan en total 46 capturas en lo que va del año.
De éstas aprehensiones, dos se han dado por orden judicial y 44 en flagrancia (en el acto), de un total de 355 que se han registrado en el Valle de Aburrá. Esto indica que el porcentaje de resultados positivos en la lucha contra este delito en el Centro o comuna La Candelaria es de 15,5% del total.
El comandante de la Policía Metropolitana, general José Ángel Mendoza, destaca los logros, pero admite que en el Centro se combinan muchos fenómenos que hacen compleja la lucha contra el delito.
Argumenta que fenómenos como la proliferación de ventas ambulantes, de habitantes de calle deambulando por el perímetro, el mal uso del espacio público y otros hechos facilitan la acción delincuencial de los extorsionistas.
"No me gusta decir cómo operan para no dar cátedra de delincuencia, lo que le puedo decir es que ellos llegan y ofrecen seguridad, el comerciante acepta, pero a los ocho días pasan a cobrarle y la persona termina envuelta", y así es que van extendiendo la red de sus víctimas, precisa Mendoza.
Según el Centro de Consultoría del Conflicto en Medellín C3, a cargo de Luis Guillermo Pardo, en la ciudad se puede decir que todos los comerciantes del Centro pagan "vacunas" o extorsiones. Del hecho no se salvan ni los vendedores de minutos de celular y "hasta muchos de los que trabajan en los semáforos o en la misma ilegalidad tienen que pagar vacuna", añade Pardo.
Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de Fenalco (Federación Nacional de Comerciantes), admite que hay voluntad de las autoridades para frenar el fenómeno, pero falta mucho por hacer.
Menciona acciones concretas, como un acuerdo suscrito entre su gremio y el Ministerio de Defensa para implementar la denuncia no formal, que consiste en que los ciudadanos dan alertas, señas, para que los delincuentes caigan en flagrancia y sin que después las víctimas tengan que ir a los juzgados a identificarlos, lo que evita que queden sujetas a nuevas amenazas.
"En eso está muy comprometido el Gaula metropolitano que empezó a funcionar en abril y se está trabajando de la mano con ellos", precisó.
Aún así, el comercio formal e informal, el grande y el de pequeña escala, siguen siendo víctimas.
"Toda la red de tiendas de la ciudad, el transporte, los distribuidores de mercancía, son golpeados por este fenómeno", advirtió Soto. En cifras, dice que unos 20.000 comerciantes son las víctimas y que esta modalidad de delito le deja pérdidas al comercio superiores a los 40.000 millones de pesos al año.
El oficial Mendoza invita a la ciudadanía denunciar, teniendo en cuenta que en el 90 por ciento de los casos, cuando hay denuncia, el resultado policial es positivo.
ANTECEDENTES
HASTA LOS OTROS ILEGALES PAGAN
Entre 2011 y 2012, la corporación Centro de Consultoría del Conflicto en Medellín C3 realizó un estudio del fenómeno, el cual arrojó como resultado que prácticamente todo el que en el Centro tenga un negocio sufre el flagelo, incluso los que lideran otras actividades ilegales, como la prostitución infantil y los que manejan las plazas de vicio. La extorsión la ejercen las llamadas "Convivir", que se nutren de esta renta, que les deja ganancias anuales por $37.000 mil millones. En abril, la Policía instaló un Gaula especial en Medellín enfocado a combatir este delito.