Es una estrategia de la delincuencia en barrios populares para legalizar finanzas ante los golpes que les han asestado.
"No volví a surtir tiendas de barrios del sector de Robledo, como Aures y Kennedy, porque no aguanté las vacunas y la exigencia de venta de determinados productos sin marca".
Esta fue la queja de un distribuidor de abarrotes y víveres, quien sostuvo que las ganancias no le daban para estar pagando 5 mil pesos de vacuna cada que cruzaba por una llamada frontera invisible de las bandas criminales o, de lo contrario, le bajaban la carga.
Un comerciante de ese sector, quien pidió reserva de su nombre, se comunicó con este diario y denunció que esas organizaciones le estaban imponiendo la venta de paquetes de arepas, sin marca.
Tratamos de llegar a esos sitios a verificar lo que estaba ocurriendo, pero los mismos comerciantes nos alertaron del peligro que corríamos.
El secretario de Seguridad de Medellín, Arnulfo Serna, manifestó que es una práctica que viene de tiempo atrás, exigiendo la venta de determinadas arepas y alimentos, lo que quiere decir que estas bandas ya no solo están tras las rentas ilícitas sino de las lícitas.
"Les dicen a los negociantes que no adquieran esta marca de arepas, si no las que ellos producen en sitios que no cuentan con medidas de salubridad", anotó.
Indicó que el Gaula y la misma Policía ya están informados de este delito que en este caso no es una extorsión sino un constreñimiento, que según el Código Penal tiene una condena de dos años y se aumenta, de una tercera parte a la mitad (máximo 3 años), cuando el agente abuse de su superioridad, en este caso, la intimidación con las armas.
Sergio Ignacio Soto, director de la Federación Nacional de Comerciantes, seccional Antioquia, dijo que esta presión ilícita sí se las han denunciado los dueños de negocios en varios sectores del nororiente, noroccidente y comuna 13 de Medellín y los municipios de Bello e Itagüí.
"En esa estrategia de extorsión, vacuna y chantaje, también están montando retenes y exigiendo pago de peajes y les obligan a los distribuidores de huevos, arepas, productos de aseo, lácteos, embutidos, panela y gaseosas que les tienen que dejar a ellos a menor precio los productos. Los bajan y luego los comercializan en las tiendas a cuyos propietarios ya han intimidado", indicó Soto.
Entonces, denunció, utilizan dos estrategias. Primero la de venta de productos piratas, de los que se desconoce su procedencia, y la otra es la de distribución de artículos legales, pero extraídos a menor precio de los carros repartidores.
Un investigador policial explicó que esta es una mutación o migración que están haciendo estas bandas ante las acciones contundentes de organismos como el Gaula.
INFORME
ES UN MERCADO REGULADO CON PISTOLA
Uno de los sectores más afectado con este cambio de estrategia de las bandas criminales en el Valle de Aburrá es la distribución de huevos y pollos. El presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia, Fenavi, Andrés Fernando Moncada, dijo que hay sitios de la ciudad que son tierra de nadie, donde el canal de distribución de alimentos y víveres lo está asumiendo la delincuencia como una estrategia para aumentar sus rentas. Es un mercado regulado con pistola, lo que para las distribuidoras de huevos que comercializan sus productos con pequeños vehículos en estos sectores se está volviendo insostenible y peligroso para sus empleados y conductores. "Hemos denunciado ante las autoridades esta problemática, pero hasta el momento no ha habido una repuesta contundente".
"No volví a surtir tiendas de barrios del sector de Robledo, como Aures y Kennedy, porque no aguanté las vacunas y la exigencia de venta de determinados productos sin marca".
Esta fue la queja de un distribuidor de abarrotes y víveres, quien sostuvo que las ganancias no le daban para estar pagando 5 mil pesos de vacuna cada que cruzaba por una llamada frontera invisible de las bandas criminales o, de lo contrario, le bajaban la carga.
Un comerciante de ese sector, quien pidió reserva de su nombre, se comunicó con este diario y denunció que esas organizaciones le estaban imponiendo la venta de paquetes de arepas, sin marca.
Tratamos de llegar a esos sitios a verificar lo que estaba ocurriendo, pero los mismos comerciantes nos alertaron del peligro que corríamos.
El secretario de Seguridad de Medellín, Arnulfo Serna, manifestó que es una práctica que viene de tiempo atrás, exigiendo la venta de determinadas arepas y alimentos, lo que quiere decir que estas bandas ya no solo están tras las rentas ilícitas sino de las lícitas.
"Les dicen a los negociantes que no adquieran esta marca de arepas, si no las que ellos producen en sitios que no cuentan con medidas de salubridad", anotó.
Indicó que el Gaula y la misma Policía ya están informados de este delito que en este caso no es una extorsión sino un constreñimiento, que según el Código Penal tiene una condena de dos años y se aumenta, de una tercera parte a la mitad (máximo 3 años), cuando el agente abuse de su superioridad, en este caso, la intimidación con las armas.
Sergio Ignacio Soto, director de la Federación Nacional de Comerciantes, seccional Antioquia, dijo que esta presión ilícita sí se las han denunciado los dueños de negocios en varios sectores del nororiente, noroccidente y comuna 13 de Medellín y los municipios de Bello e Itagüí.
"En esa estrategia de extorsión, vacuna y chantaje, también están montando retenes y exigiendo pago de peajes y les obligan a los distribuidores de huevos, arepas, productos de aseo, lácteos, embutidos, panela y gaseosas que les tienen que dejar a ellos a menor precio los productos. Los bajan y luego los comercializan en las tiendas a cuyos propietarios ya han intimidado", indicó Soto.
Entonces, denunció, utilizan dos estrategias. Primero la de venta de productos piratas, de los que se desconoce su procedencia, y la otra es la de distribución de artículos legales, pero extraídos a menor precio de los carros repartidores.
Un investigador policial explicó que esta es una mutación o migración que están haciendo estas bandas ante las acciones contundentes de organismos como el Gaula.
INFORME
ES UN MERCADO REGULADO CON PISTOLA
Uno de los sectores más afectado con este cambio de estrategia de las bandas criminales en el Valle de Aburrá es la distribución de huevos y pollos. El presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia, Fenavi, Andrés Fernando Moncada, dijo que hay sitios de la ciudad que son tierra de nadie, donde el canal de distribución de alimentos y víveres lo está asumiendo la delincuencia como una estrategia para aumentar sus rentas. Es un mercado regulado con pistola, lo que para las distribuidoras de huevos que comercializan sus productos con pequeños vehículos en estos sectores se está volviendo insostenible y peligroso para sus empleados y conductores. "Hemos denunciado ante las autoridades esta problemática, pero hasta el momento no ha habido una repuesta contundente".