Partidos de fútbol y fiestas organizadas por los "combos" estarían sirviendo como escenario para ratificar los pactos de no agresión que se dieron durante las últimas semanas en varios sectores de la ciudad.
Ocurrió el sábado 3 de agosto en límites entre Santa Lucía y La Pradera, según reportaron residentes del sector. "Con avisos en un supermercado invitaron a la comunidad a la cancha de La Campiña. No sabemos qué va a pasar. Que no sea que pacten una cosa por un tiempo para salir fortalecidos", dijo un habitante de Santa Lucía.
Situaciones similares se presentaron en Belén Rincón, en los barrios La Quiebra y La Divisa, de la comuna 13, y El Limonar, en San Antonio de Prado.
Este último caso ocurrió luego del homicidio de la madre comunitaria María Oliva Alzate el miércoles 24 de julio. Un día después hubo una asonada de habitantes del sector contra agentes de Policía y según confirmó el secretario de Seguridad de Medellín, Arnulfo Serna, al día siguiente hubo una celebración organizada por "combos".
"Preocupa que la comunidad esté involucrada y avale estas situaciones cuando ella es víctima del control territorial y el control de las rentas ilícitas, el expendio de estupefacientes y las vacunas", dijo Serna.
Agregó que en estas fiestas es difícil conseguir una captura. "La Policía solo puede hacer control preventivo con requisas y pidiendo identidades. Para judicializarlos se necesita una orden de captura o una situación de flagrancia", dijo Serna.
Una reunión en una vereda de Santa Fe de Antioquia, la última semana de julio, habría ratificado el pacto. Así lo aseguró Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social, Corpades.
Según Quijano, esa reunión formalizó el "pacto de San Jerónimo", por acuerdos de no agresión, control territorial y rentas ilegales de bandas de "la Oficina" y "los Urabeños".
Ocurrió el sábado 3 de agosto en límites entre Santa Lucía y La Pradera, según reportaron residentes del sector. "Con avisos en un supermercado invitaron a la comunidad a la cancha de La Campiña. No sabemos qué va a pasar. Que no sea que pacten una cosa por un tiempo para salir fortalecidos", dijo un habitante de Santa Lucía.
Situaciones similares se presentaron en Belén Rincón, en los barrios La Quiebra y La Divisa, de la comuna 13, y El Limonar, en San Antonio de Prado.
Este último caso ocurrió luego del homicidio de la madre comunitaria María Oliva Alzate el miércoles 24 de julio. Un día después hubo una asonada de habitantes del sector contra agentes de Policía y según confirmó el secretario de Seguridad de Medellín, Arnulfo Serna, al día siguiente hubo una celebración organizada por "combos".
"Preocupa que la comunidad esté involucrada y avale estas situaciones cuando ella es víctima del control territorial y el control de las rentas ilícitas, el expendio de estupefacientes y las vacunas", dijo Serna.
Agregó que en estas fiestas es difícil conseguir una captura. "La Policía solo puede hacer control preventivo con requisas y pidiendo identidades. Para judicializarlos se necesita una orden de captura o una situación de flagrancia", dijo Serna.
Una reunión en una vereda de Santa Fe de Antioquia, la última semana de julio, habría ratificado el pacto. Así lo aseguró Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social, Corpades.
Según Quijano, esa reunión formalizó el "pacto de San Jerónimo", por acuerdos de no agresión, control territorial y rentas ilegales de bandas de "la Oficina" y "los Urabeños".