Las Autopistas de la Prosperidad y un posible fin del conflicto con las Farc generarían facilidades para el progreso en el campo. Formación, la principal ruta que impulsa la Gobernación.
Antioquia tiene seis millones 300.000 habitantes, de acuerdo con las Proyecciones de población 2005 - 2020 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Y de ellos, el 30 por ciento, es decir un millón 890.000, son población rural.
Los expertos en la materia consideran que este grupo humano tiende a disminuir, porque la migración del campo a las ciudades no para. Por ello, la Gobernación, por iniciativa del gobernador, Sergio Fajardo Valderrama, ha lanzado la pregunta "¿de qué vivirán los campesinos de Antioquia?"
Para responderla, como parte de la conmemoración del bicentenario de la Independencia del departamento, programó un foro académico en el hotel Dann Carlton, de Medellín, el 13 y 14 de agosto.
La pregunta es compleja, teniendo en cuenta que la producción agropecuaria, que debería ser su gran fortaleza, viene golpeada por las importaciones masivas de productos de otras regiones del país y del mundo.
Así lo muestra un informe publicado por este diario el pasado 7 de abril, en el que se expone que el departamento aporta solo el 29 por ciento de las 6.000 toneladas de alimentos que consume diariamente el Valle de Aburrá.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia, Diego Miguel Sierra Botero, reconoce que hoy nuestro territorio no cuenta con los mismos cultivos del pasado en productos emblemáticos, como el café.
Todo puede partir de un argumento que expresa con contundencia: "Somos privilegiados porque no conocemos una hambruna, pero en el país hemos desdeñado la política de seguridad alimentaria. El último ministro en preocuparse por ella fue José Antonio Ocampo. Es un tema que no está en la política pública: lo dejamos al libre comercio y eso es un riesgo".
Entonces, ¿cuál es el futuro de los campesinos? Rubén Fernández Andrade, gerente de Antioquia Legal y coordinador de la celebración de los 200 años de Independencia del departamento, explica que el foro busca "generar un debate en la sociedad antioqueña alrededor de los mecanismos sociales, económicos e institucionales que tenemos que construir para garantizar que las poblaciones rurales sean sostenibles".
En este sentido, ya la Gobernación hizo nueve foros subregionales, a los que asistieron más de 1.100 personas. De ellos, la principal conclusión que surgió es que se necesita una política rural integral, que integre los gobiernos locales, departamental y nacional.
Fernández considera que "la mayoría de nuestros territorios rurales están condenados a una lenta agonía, si no se modifican cosas sustanciales en la forma como los tratamos".
Habla de modificar la relación entre el Aburrá y lo más cercano, de modo que los alimentos provengan de allí.
Diego Miguel Sierra "considera que es difícil revertir el poco abastecimiento de Antioquia, por la estructura importadora y exportadora del país. Hay que ver dónde están las posibilidades de oferta: por ejemplo, en leche y cerdo, que se mantienen así haya importaciones".
Afirma que, pese a las dificultades, hoy los campesinos viven, fundamentalmente, de la actividad agropecuaria: tres cuartas partes, de la ganadería de carne y de leche, y una cuarta parte de la agricultura, en cultivos de café, banano, papa, tomate y forestales, entre otros.
El campo antioqueño, dice, es alto oferente de empleo. Allí el desempleo es menor que en Medellín, donde ronda el 12 por ciento. Y lo agrícola, subraya, brinda ocho de cada diez empleos en el campo.
Un ejemplo exitoso de producción agrícola es El Santuario. Del aporte de Antioquia al abastecimiento de alimentos del Aburrá, el 43,77% llega del Oriente, que es la subregión que más aporta.
Y de El Santuario, ubicado en esta zona, viene el 15,94% de todos los alimentos que llegan del departamento. Es decir, 277 toneladas diarias.
Su alcalde, Juan Leonardo Zuluaga Salazar, explica que su municipio es de minifundios con parcelas de entre una y tres hectáreas, en las que se produce, sobre todo, zanahoria, repollo, remolacha, arveja, habichuela, tomate de árbol y de aliño.
Recalca que aunque buena parte de los habitantes de su pueblo se dedican al comercio, los campesinos conservan la vocación agrícola.
Detalla que la Administración Municipal acompaña técnicamente al campesino. Y algo que les facilita la vida a los pobladores rurales es que hay rutas de transporte para todas las veredas, y "la más lejana, que es Campo Alegre, está a 40 minutos en carro de la zona urbana".
Mario Alberto Gómez es concejal y líder campesino en esta localidad. Vive en la vereda Pavas, donde cultiva zanahoria, habichuela y tomate de aliño bajo invernadero.
Vende su producción en la plaza de El Santuario los lunes, miércoles y viernes, y despacha tomate de aliño para Montería, dos veces semanales.
"Aquí la gente es verraca para trabajar, pero lo principal son la constancia y la capacitación", comenta. "Me gradué como bachiller y me he ido capacitando; ya no sirve trabajar como lo hacían los abuelos. Por ejemplo, bajo invernadero, al tomate se le controlan temperaturas, plagas y enfermedades; se trabaja menos contaminado", afirma.
Cuenta que allí los campesinos han recibido capacitación del Municipio, de las empresas de agroquímicos, que les ayudan a certificar las fincas, y del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena).
En el Concejo de esta localidad se creó una comisión de apoyo al campo, con la que un grupo de productores tratan de impulsar las exportaciones. "Estamos tomando fotos para ver qué tiene El Santuario para vender y tenemos la idea de una planta poscosecha, de modo que si el producto está barato, se pueda transformar y dure más.
"Pedimos más apoyo de la Gobernación y del Ministerio de Agricultura en capacitación, créditos y poscosecha, porque muchos de los jóvenes del campo dicen: 'Hay que estudiar para irnos para la ciudad'. En el campo santuariano, la mayoría son señores de 40 o 50 años", expresa.
Rubén Fernández dice que hay "un factor crítico: los jóvenes, en su gran mayoría, no tienen como proyecto repetir la experiencia de sus padres, de quedarse en el campo trabajando. Pero si se crean otras condiciones en términos educativos y de acceso a servicios, la cosa puede funcionar, porque el sector agropecuario de otros países es próspero y mimado con subsidios por el resto de la sociedad, por lo duro que es el trabajo allí".
Por su parte, el secretario de Agricultura, Diego Miguel Sierra, añade que el departamento tiene componentes rurales y de servicio, como los tractores en La Unión, el ordeño en el Norte, trapiches de caña o beneficiaderos de café, turismo en el Occidente o el tema de los pueblos patrimonio, Santa Fe de Antioquia, Jardín y Jericó, que constituyen una agroindustria.
En este contexto, la Gobernación tiene en cuenta dos procesos que están avanzando y que, de concretarse con éxito, facilitarán el desarrollo del campesinado: Autopistas para la Prosperidad y el posible fin del conflicto con las Farc.
"En el futuro no habría las 3.000 hectáreas que, se calcula, tenemos en cultivos ilícitos, y en Ituango y Valdivia podría haber plantaciones de cacao o caucho", anota Sierra, quien estima que una gran actividad del departamento será la acuicultura y en ella la piscicultura de engorde y de peces ornamentales.
"La ciudad es la gran ganadora por facilidad, comodidad, desarrollo del conocimiento, pero buscamos oportunidades agrícolas muy atractivas con concursos de innovación, de emprendimiento", agrega.
En cuanto a las Autopistas, no solo impactarán el transporte sino muchos aspectos de la vida social. El secretario considera que es posible que en una región como el Suroeste, al quedar más cercana a Medellín, aumenten las parcelaciones donde vivirían los citadinos y se reduzcan los cultivos de café.
La educación, como bandera de la administración Fajardo, también está incluida en los programas para el campo. En el cuatrienio la Secretaría de Agricultura invertirá 200.000 millones de pesos en sus programas: 80.000 millones propios y 120.000 millones, de regalías, destinados a producción, investigación y asistencia técnica, principalmente.
"Se busca que la mayoría de la gente se quede en el campo, que sea atractivo vivir allí. En Estados Unidos los campesinos viven en pequeños poblados y tienen gran calidad de vida. Aquí también podrían vivir en zonas urbanas de los municipios y desplazarse a las fincas a trabajar", opina Fernández.
DICEN DE...
¿POR QUÉ CAMBIA LA VOCACIÓN DEL USO DE LA TIERRA?
Martín Darío Arango, profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, experto en abastecimiento de alimentos, explica que los cambios de vocación en el uso de la tierra son por varios factores: la naturaleza de la riqueza de la tierra, el campesino se va a grandes urbes a vender, el conflicto armado genera desplazamiento y dificultades para llevar educación y desarrollo a la región, la asistencia gubernamental en la producción para la calidad que exige la demanda y el crecimiento del urbanismo en las grandes urbes, como en Medellín, que lleva a que "nos estemos comiendo las veredas con vivienda social o con desarrollo urbano". Sostiene que si al campesino no se le forma y no se le asiste, no se queda en el campo. "La competitividad mundial hace que productos como arroz chino o naranjas españolas lleguen más baratos, porque aquí no tenemos ni la capacidad ni la tecnología. Con estos TLC perdemos conceptos de soberanía".
¿QUÉ SIGUE?
CREAR CENTROS DE POSCOSECHA
Martín Arango, profesor de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, dice que hay que tener un plan claro de producción agrícola para que en las distintas épocas del año las cosechas sean reguladas. "Los campesinos no pueden trasladar sus productos. Les sacan jugo es los comerciantes, los intermediarios. Se deben crear centros de poscosecha en cada subregión, de modo que se le garanticen precios justos al campesino frente a la cosecha". También plantea que en cada municipio debería haber equipamientos de transporte que lleven productos a los centros de poscosecha.
EN DEFINITIVALas masivas importaciones de algunos productos han afectado a muchos campesinos de Antioquia. La Gobernación busca impulsar el desarrollo con educación, innovación y emprendimiento.