Niquitao es la próxima olla y será intervenida al estilo de Barbacoas, anunció la Alcaldía.
Medellín no puede esperar órdenes presidenciales para intervenir las ollas de vicio, pues con esa tónica tardaría años, lustros o décadas en acabar con este fenómeno, que tiene componentes de criminalidad, sociales y de salud pública.
La ciudad debe intervenir el tema a fondo, de inmediato y con apoyo firme del Gobierno.
En esos términos se desarrolló ayer un debate en el Concejo y en el cual la primera polémica se dio por las cifras: mientras la Alcaldía y la Policía hablan de que hay entre 160 y 180 plazas y 14 ollas de vicio, los concejales, apoyados en estudios de ong y uno de 2012 de Eafit, señalan que son entre 700 y 1.000 plazas y 180 ollas.
"Hay que tener claridad, a la gente no se le puede mentir. Hay el lema de que barrio que se respete tiene su plaza y hay barrios hasta con 15 plazas", advirtió Róber Bohórquez, el concejal que lideró el debate.
Y aunque la diferencia en las cifras es grande, el general José Ángel Mendoza dio la suya y dejó sentada su advertencia: "Las plazas y ollas son difíciles de cuantificar, porque a veces no se sabe bien qué son, contamos 160 expendios y 12 ollas, pero cualquiera puede decir que son más", expresó el comandante de la Policía.
El secretario de Seguridad (e), Arnulfo Serna, manifestó que las cifras con complicadas, "porque cualquiera se siente legitimado desde lo ilegal para montar un pequeño negocio de venta de estupefacientes en pequeña escala y hay personas dispuestas a adquirirlas", pero aclaró que cree que las plazas son cerca de 200, apoyado en el sistema de georreferenciación que tienen las autoridades para detectar estos lugares. Ya se vende hasta a domicilio, una llamada y la droga llega a la casa, fue otra denuncia que afloró.
Lo que viene
Autoridades y Concejo reconocieron la dimensión del problema. Luis Fernando Suárez, vicealcalde de Gobernabilidad, mencionó lo positivo de la erradicación de la olla de Barbacoas, pero adelantó que viene una intervención a fondo en toda la ciudad.
"El microtráfico es la principal renta criminal de la delincuencia, la decisión es combatirla, vamos a intervenir 30 sitios y el próximo es Niquitao", advirtió.
Unos y otros coincidieron en lo grave del consumo en Medellín. Son más de 100.000 adictos, "niños desde los 10 años en la escuela vendiendo y consumiendo", alertó el concejal Jesús Aníbal Echeverri.
Son entre 20 y 30 toneladas de cocaína y sus derivados que se consumen cada año en Medellín, por lo que el problema debe ser tratado desde el ámbito de la salud, plantearon el concejal Fabio Rivera y el secretario de Gobierno, Jorge Mejía Martínez, quien admitió que "la Alcaldía y el Estado estamos en deuda con los consumidores".
DICEN DE...
CUEVA, EXPENDIO, OLLA, ¿QUE SON?
Según el informe oficial presentado en el Concejo, en Medellín se han erradicado 67 expendios de droga, 1 olla y 14 cuevas. La olla es el lugar que aglutina otras actividades ilegales ligadas al microtráfico, como explotación sexual infantil, microextorsión, homicidios, invasión al espacio público. La cueva es donde se consume y el expendio el sitio de venta de drogas.
EN DEFINITIVAAunque ya se hizo una intervención exitosa en Barbacoas, el problema de las ollas de vicio es de gran dimensión. El proceso sigue con Niquitao y otros 29 sitios. Las cifras son confusas.