Medellín se levanta todos los días rodeada de color esperanza. Lo tiene en las montañas que la abrazan y en los siete cerros que se levantan como fieles custodios de sus realidades. Las realidades del trabajo, de las ganas, del estudio; también las certezas de la innovación y la transformación social... Y las verdades, dolorosas y retadoras, de la iniquidad, de la violencia, del miedo, de las tareas pendientes.
El jueves pasado esas verdades se despertaron emotivas y expectantes, aquí en el Valle y allá en Suiza. Antes de las 9:00 de la mañana la esperanza quedó para después. Para otra oportunidad.
Y surgieron preguntas: ¿Qué faltó? ¿Pesó el pasado? ¿Persiste el estigma? ¿Dónde concentrar el trabajo futuro?
Luis Javier Botero, asesor de la Secretaría de Cultura Ciudadana del municipio, tiene una visión decididamente optimista. Se aleja de suposiciones sobre las causas y consecuente con los principios de la Noviolencia, dice, primero hay que recoger información.
Habla, sí, de la necesidad de transformar una sociedad. Creando conciencia y trabajando desde lo colectivo.
Transformación posible
Botero toma como ejemplo de cambio a Estados Unidos, que con Abraham Lincoln rompió poco más de 200 años de esclavitud y cómo el racismo logró ser pasado con Martin Luther King, que contagió a otros con su sueño. Para no ir muy lejos, 50 años después de la Marcha a Washington, el país tiene a un negro en la presidencia.
O un caso más reciente, que cita el exconsejero de Defensa y Seguridad Nacional, Armando Borrero: el plan Tolerancia Cero, que diseñó Rudolph Giuliani para Nueva York, en 1994. El crimen se redujo un 65%, los asesinatos cayeron un 70% y el FBI llegó a calificarla como la ciudad más segura de Estados Unidos.
Borrero acude al optimismo cuando piensa en Medellín y advierte que "librarse de un estigma es un proceso lento. Las percepciones de inseguridad son más resistentes al cambio que los hechos mismos".
"El cambio en N.Y. tomó dos décadas y es la confirmación de que la autoridad educa, junto con la fuerza latente y la presencia del Estado". Y lo traslada a nuestro entorno con el ejercicio de la cultura Metro. "Uno no puede dejar de asombrarse del cambio".
Sudáfrica, el ejemplo
El excandidato presidencial Carlos Gaviria vuelve la mirada a Sudáfrica como modelo de transformación desde un individuo que pensó en el bien común y logró permear el colectivo. "El Apartheid fue una lacra sobre esa sociedad y hoy no solo los negros lamentan que Mandela vaya a morirse. Les duele a blancos y negros por igual".
Un esfuerzo social continuado hizo que fueran sede de un Mundial de Fútbol en 2010, casi dos décadas después del final del Apartheid. "Esos esfuerzos de los gobernantes dan buenos resultados", indica Gaviria. "Y Medellín ha tenido y tiene buenos gobernantes".
Botero se pregunta si alguien se imaginó que los países de la Cortina de Hierro iban a pasar a la democracia sin un baño de sangre de por medio. Y se logró, dice, con la determinación y buena fe de un hombre: Mijail Gorbachov.
Mandela lo hizo. En su texto Elogio de Mandela, Mario Vargas Llosa escribió: "su trabajo lentísimo, hercúleo, interminable fue contagiando poco a poco con sus ideas y convicciones al conjunto de sus compatriotas... No era imposible que la razón remplazara al miedo y al prejuicio, que una transición sin violencia era algo realizable y que sentaría las bases de una convivencia humana".
Desde el optimismo
Convivencia es la palabra que repite el docente Queipo Timaná, exsecretario de Educación, al lado de paz y solidaridad como valores fundamentales para crear una nueva sociedad. Valores que deben ser parte de la mentalidad del profesorado, como un trabajo a largo plazo. Una nueva sociedad se está formando, sostiene, y no disimula su esperanza.
"El panorama es halagüeño y optimista. Una nueva sociedad que le dé un alto valor a la vida. Lo vamos a lograr como muchos otros países, porque aquí se tiene lo necesario: la pujanza de la raza como argumento de que sí se puede, el apoyo del Estado y de la alta gerencia".
Falta mejorar indicadores, es cierto. Timaná insiste en que vamos por el camino correcto, con las palabras equidad, respeto y amabilidad como faros que iluminan una vida digna.
"Para lograr grandes metas hay que lograr metas pequeñas. Transformarse uno primero. Ser coherente en mis actos como amigo, vecino, hijo o padre", sostiene John Fredy, de la agrupación musical Son Batá, reconocida por su trabajo social y cultural en la comuna 13.
John Fredy aplica una premisa: trabajar más con el corazón que con la cabeza. "Hay que tener la cabeza fría para pensar y proyectar. Pero las cosas se hacen desde el corazón. Así se crea conciencia, sin pasar por encima del otro".
La académica española Adela Cortina lo llama ética cívica. "Es importante cultivar una amistad cívica, para que la gente se dé cuenta de que están construyendo juntos una sociedad. Darle poder a otro para que pueda llevar su vida adelante. El mandamiento fundamental de la ética moderna es el de no dañar, no instrumentalizar a otros y sí empoderarlos".
Sobre esas posibilidades, Carlos Gaviria valora los esfuerzos para que la ciudad mejore y que afuera ya son bien percibidos. Entre las escaleras eléctricas en la 13, el sistema de transporte integrado o los jardines Buen comienzo, se queda con los parques biblioteca. "Eso contribuye a crear ciudadanía".
El profesor Timaná señala el sistema de transporte como muestra de que el desarrollo puede llegar al colectivo y es factor de cohesión social, que privilegia a las clases populares, pero que beneficia a todos por igual y se convierte en integrador social de todos los sectores.
Y es que pensar en el bien común es tan posible como necesario. Luis Eduardo Botero cita los cinco años que en la cárcel Bellavista no ocurrió ni un homicidio. "Los presos comprendieron que estaba primero el bien común, que la violencia no funciona y que la vida es un valor".
Jeihhco, artista urbano y líder social, habla de una ciudad que sueña, que sigue en pie y que necesita cambiar. "Hay mucha gente aportando, tratando de sostener el cielo en tiempos donde la lluvia de violencia es inclemente. Es hora de que lo colectivo prime, es la hora de emprender acciones diferentes donde apuntemos a solucionar problemas desde la causa y no desde sus consecuencias".
"Creo en el valor de lo colectivo. Pensar en voz alta para que nos escuchen. Pensar, decir y actuar son los verbos de nuestra acción por-venir, por una mejor Medellín".
* Video cortesía Alcaldía de Medellín. Director Brad Furman.
ANÁLISIS
Medellín está saliendo adelante, pero le falta
FABIÁN SANABRIA
Director Instituto Colombiano de Antropología e Historia
Es evidente que Medellín tiene un pasado y el pasado no perdona. La negativa a la sede de los Juegos es que se jugó solo por el imaginario.
Se embarcaron, y embaucaron, convenciendo a todos de que les iban a dar la sede y no vieron otras cosas.
Es que una decisión de esas no solo tiene que ver con lobby. Una aspiración así exige un trabajo de gestión en el que se tiene que demostrar que se cuenta con una excelente oferta hotelera, la capacidad de los estadios y recursos, un buen sistema de transporte y comunicaciones.
Hay un porcentaje que tiene que ver con factores técnicos y cualitativos que, al comparar a Medellín con Buenos Aires, no da.
Y sobre el pasado, necesariamente hay que hablar de seguridad. Si yo soy uno de los miembros de la comisión que evalúa la ciudad, voy al centro y me dicen que no puedo sacar mi iPhone porque me lo roban, digo no la acrediten.
Una cosa es el pasado asociado con el narcotráfico y hay que exorcizar ese demonio, aunque ya se logró un poco.
También hay que exorcizar ese chauvinismo de ser los mejores, porque sí, Medellín está bien, está saliendo adelante, se está volviendo una ciudad ideal en Colombia, pero le falta.
París y Medellín son las ciudades que más quiero. Viví en Medellín cuatro años y reconozco que se conquistaron muchas cosas en las administraciones de Aníbal Gaviria y de Sergio Fajardo.
Hay que aprender esta lección. Medellín recuperó la cultura ciudadana que Bogotá perdió.
EN DEFINITIVAEl trabajo por la ciudad, su progreso y tejido social, debe ser permanente y desde todos los sectores.