En 18 meses se robaron 1.797 en Medellín. Según el resultado de la prueba piloto, entre enero y febrero de 2014 se sabrá si se masifica su instalación en residencias.
Por lo menos 100 tapas de contadores de agua desaparecen cada mes de las cajillas de registro ubicadas en las aceras de los barrios de Medellín. Los ladrones las arrancan de su sitio para vender el hierro dúctil con que está elaborada la pieza, dejan una trampa para el caminante y también una deuda al propietario, que debe pagar para que la repongan.
Con la esperanza de acabar con este problema, están a prueba 120 tapas elaboradas en plástico, instaladas en propiedades de La Bayadera, en el centro de la ciudad; el barrio Boston, y la Zona Rosa de El Poblado. La prueba piloto, iniciativa de las Empresas Públicas de Medellín, durará seis meses, hasta diciembre de 2013. Este periodo servirá como ensayo para ver si así se consigue frenar los robos, que han sido 1.797 en el curso de los últimos 18 meses.
Pagan los usuarios
El contador de agua, frente al negocio de Aydee Liliana Marín, en el sector de La Bayadera, no ha tenido tapa desde que ella llegó a ocupar el inmueble. "Los muchachos de la calle se las llevan; y estarlas comprando -porque es uno como usuario el que las tiene que pagar- sale costoso", se queja.
Casos como el suyo han servido para que se pruebe si las tapas de plástico son una mejor alternativa.
De acuerdo con la regulación vigente, los usuarios son propietarios de las tapas de los contadores de acueducto y es por eso que sobre ellos recae el cobro de 105.000 pesos que en la actualidad cuesta reponer una tapa de hierro dúctil, incluyendo su instalación.
"Hemos tratado, con proveedores nacionales, hacer desarrollos de cajas y tapas plásticas para disminuir los robos", afirma la subgerente (e) de Operación y Mantenimiento de Aguas EPM, Marta Lucía Londoño Toro.
Explica que la funcionalidad de las tapas se evaluará durante la prueba piloto con la intención de comenzar a instalarlas de manera masiva en las zonas donde son más frecuentes los robos.
Registros elaborados a partir de las solicitudes de reposición por parte de los usuarios, revelan que además de los sectores donde comenzó la prueba piloto, en barrios como Conquistadores, Laureles, Prado, San Diego, San Benito y Barrio Colombia, se roban tapas de contadores con tanta frecuencia que se han llegado a notificar hasta tres casos en la misma residencia.
Gabriela Restrepo, habitante del barrio La Palma, en Belén, se queja por los huecos que quedan en las aceras cada vez que se roban la tapa de un contador. "Lo grave es que hay chatarreros que las compran, sabiendo que son robadas", opina.
Entre las ventajas de las tapas de contadores plásticas, que por el momento elaboran cuatro proveedores nacionales que están a prueba, está su construcción en material no reciclable, inútil para los ladrones, que son más livianas y su costo, que puede ser la mitad del que tienen las actuales de hierro.
EN DEFINITIVALa instalación de tapas de plástico para los contadores de agua es una medida que pone a prueba EPM para evitar los robos que terminan pagando los usuarios en los barrios de Medellín.
Por lo menos 100 tapas de contadores de agua desaparecen cada mes de las cajillas de registro ubicadas en las aceras de los barrios de Medellín. Los ladrones las arrancan de su sitio para vender el hierro dúctil con que está elaborada la pieza, dejan una trampa para el caminante y también una deuda al propietario, que debe pagar para que la repongan.
Con la esperanza de acabar con este problema, están a prueba 120 tapas elaboradas en plástico, instaladas en propiedades de La Bayadera, en el centro de la ciudad; el barrio Boston, y la Zona Rosa de El Poblado. La prueba piloto, iniciativa de las Empresas Públicas de Medellín, durará seis meses, hasta diciembre de 2013. Este periodo servirá como ensayo para ver si así se consigue frenar los robos, que han sido 1.797 en el curso de los últimos 18 meses.
Pagan los usuarios
El contador de agua, frente al negocio de Aydee Liliana Marín, en el sector de La Bayadera, no ha tenido tapa desde que ella llegó a ocupar el inmueble. "Los muchachos de la calle se las llevan; y estarlas comprando -porque es uno como usuario el que las tiene que pagar- sale costoso", se queja.
Casos como el suyo han servido para que se pruebe si las tapas de plástico son una mejor alternativa.
De acuerdo con la regulación vigente, los usuarios son propietarios de las tapas de los contadores de acueducto y es por eso que sobre ellos recae el cobro de 105.000 pesos que en la actualidad cuesta reponer una tapa de hierro dúctil, incluyendo su instalación.
"Hemos tratado, con proveedores nacionales, hacer desarrollos de cajas y tapas plásticas para disminuir los robos", afirma la subgerente (e) de Operación y Mantenimiento de Aguas EPM, Marta Lucía Londoño Toro.
Explica que la funcionalidad de las tapas se evaluará durante la prueba piloto con la intención de comenzar a instalarlas de manera masiva en las zonas donde son más frecuentes los robos.
Registros elaborados a partir de las solicitudes de reposición por parte de los usuarios, revelan que además de los sectores donde comenzó la prueba piloto, en barrios como Conquistadores, Laureles, Prado, San Diego, San Benito y Barrio Colombia, se roban tapas de contadores con tanta frecuencia que se han llegado a notificar hasta tres casos en la misma residencia.
Gabriela Restrepo, habitante del barrio La Palma, en Belén, se queja por los huecos que quedan en las aceras cada vez que se roban la tapa de un contador. "Lo grave es que hay chatarreros que las compran, sabiendo que son robadas", opina.
Entre las ventajas de las tapas de contadores plásticas, que por el momento elaboran cuatro proveedores nacionales que están a prueba, está su construcción en material no reciclable, inútil para los ladrones, que son más livianas y su costo, que puede ser la mitad del que tienen las actuales de hierro.
EN DEFINITIVALa instalación de tapas de plástico para los contadores de agua es una medida que pone a prueba EPM para evitar los robos que terminan pagando los usuarios en los barrios de Medellín.