Una o varias, la idea de la autoridad es que este sistema sirva para ser utilizado en el metro y los buses.
El sueño de que el acceso al transporte público del Valle de Aburrá sea con tarjeta en vez de monedas y billetes dará un importante paso el 30 de junio, cuando el Área Metropolitana tendrá listo el reglamento de la materia.
La política de la autoridad regional de transporte cubrirá el sistema masivo, que opera el Metro y son trenes, cables, metroplús y futuro tranvía, y el colectivo, de buses y microbuses.
Ambos suman 2'085.060 viajes (527.843 en masivo y 1'557.217 en colectivo) de los 5'614.292 que hacen al día los 3'300.000 habitantes del Aburrá, según la Encuesta origen y destino de hogares de 2012. Y si se toma como valor promedio del viaje en ambos 1.600 pesos, estos sistemas reciben diario 3.336'096.000 pesos. Al año es un billón 217.675 millones 40.000 pesos.
Juan E. Martínez, subdirector de Movilidad del Área, dijo que buscan evitar lo de Bogotá, donde Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) operan con distintas tarjetas y si el usuario necesita los 2, debe tener ambas y pagar pasaje pleno en cada uno. Angelcom recauda en la mayor parte de Transmilenio y Recaudo Bogotá, en el resto y en el SITP. El 27 de abril Semana dijo: "En Bogotá existe el único sistema integrado de transporte (...) cuyas tarjetas no están sincronizadas".
Martínez afirmó que no está definido si en el Aburrá quedarán una o varias, pero sí habrá un sistema unificado de recaudo que permitirá que el ciudadano, con cualquier tarjeta, acceda al sistema masivo y al colectivo.
"Las tarjetas que aparezcan tendrán que hablar el mismo idioma. El sistema integrado va con la Cívica, así lleguen otras, porque el Metro ha invertido en esta tecnología", precisó.
"Habrá una cabeza, que podría ser una fiducia que haga el recaudo y distribuya dineros a los operadores de rutas", indicó y agregó: "El Metro, por ejemplo, está autorizado para recaudar dinero y en las cuencas 3 (Belén) y 6 (Manrique), que funcionarán desde octubre, les distribuirá las porciones a los operadores".
Javier Hurtado, vicealcalde (e) de Movilidad de Medellín, señaló que la idea es que el ciudadano no tenga que cargar varias tarjetas. En el Aburrá ya operan dos tarjetas en transporte público. La Cívica, del Metro, y la Única, de Tecnologías de la Información y Pago Integrado S.A.S.
Ramiro Márquez, gerente del Metro, dijo que la Cívica debe ser la única tarjeta del transporte público. Primero, porque está en manos de un millón y medio de personas, por lo que si la cifra de viajes diarios en sistemas masivo y colectivo equivaliera a número de usuarios, le faltaría menos de 600.000 tarjetas para cubrir el sector, sostuvo.
Enfatizó en que el Metro es empresa pública, propiedad del Municipio de Medellín y el Departamento, que no busca negocio sino servicio. "Por este esfuerzo el Metro no recibe beneficio económico; al contrario, nos cuesta y quien se beneficia es el usuario", subrayó y agregó que en los 15 años que la tarjeta opere en las rutas alimentadoras de las cuencas 3 y 6, la rentabilidad del Metro será del 3%.
La empresa reportó que desde 2007, cuando empezó la Cívica, los usuarios se han ahorrado $40.458 millones. Indicó que los de Cívica personal o al portador pueden pasar de tren o cable a las líneas 1 o 2 de buses o viceversa, sin pagar más, si lo hacen en 70 minutos que se cuentan desde el ingreso al sistema.
Añadió que la empresa ha invertido 17 millones de dólares en la Cívica. "La decisión de hacerla compatible con otras tarjetas tiene 2 puntos: el Metro tiene autonomía administrativa y financiera que tienen que respetar aun las autoridades de transporte, que no nos pueden obligar a entregar nuestro 'know how' (capacidad) como recaudador del Sitva. Lo otro es que la empresa podría dar apertura a esa tecnología para que otras se integren valorando riesgos, pero quien se vaya a usufructuar le debe pagar una indemnización por las inversiones", argumentó.
Destacó que la Cívica protege el dinero de la ciudadanía y asegura su información. "No conozco ninguna ciudad industrializada en que convivan diferentes tarjetas, de diferentes propietarios, para pagar en una misma red de transporte público integrado: París, Nueva York, Londres, Buenos Aires, Madrid, funcionan con una sola, casi siempre del Estado", concluyó.
Juan Fernando Tobón, gerente de Tarjeta Única, dijo que su producto opera desde el 28 de febrero y ya hay 3.500 tarjetas en uso en Taxiger, Automóviles Itagüí, Sotrames y Expreso Campo Valdés. Se recarga en Éxito, Surtimax, tiendas y droguerías.
"No somos competencia de Cívica, tenemos potencial para complementarnos", comentó y añadió que hoy su usuario no se ahorra nada "porque la tarifa del transporte es fija; la reglamentación podría dar ahorros".
Afirmó que en el Aburrá ruedan 5.000 buses, su firma tiene convenio con 1.000 y quiere llegar a los demás. "Invito al Metro y al Área a que avancemos en integración para que en buses se reciba Cívica y en el metro Única, pues adquirimos tecnología compatible con la del Metro".
Efraín Galeano, presidente de la Corporación de Transportadores Urbanos, consideró que el sistema colectivo "tiene las facultades para desarrollar programas y buscar recaudo propio y que la persona se pueda subir al metro si nos da la oportunidad".
Mientras llega la reglamentación, con Cívica y Única pasa lo de Bogotá: los dispositivos de la una no leen la otra.
PARA SABER MÁS
ASPIRAN VOLVERLAS TARJETAS DE CIUDAD
Metro y Tarjeta Única expresaron que sus tarjetas podrían llegar a taxis y más servicios, como salud y restaurantes. La concejal de Medellín Aura Marleny Arcila impulsó el Acuerdo 61 de 2012 que, dijo, "busca un estándar tecnológico que permita acceder a servicios de salud, transporte, entre otros. Sería una plataforma que recibiría las tarjetas que existan, compatible con el modelo del Área. Es complejo por que implica homologarlas".
EN DEFINITIVASe calienta el debate sobre si será una o varias las tarjetas del transporte público del Aburrá y quién recaudará el dinero, puntos fundamentales para la integración de los sistemas masivo y colectivo.
El sueño de que el acceso al transporte público del Valle de Aburrá sea con tarjeta en vez de monedas y billetes dará un importante paso el 30 de junio, cuando el Área Metropolitana tendrá listo el reglamento de la materia.
La política de la autoridad regional de transporte cubrirá el sistema masivo, que opera el Metro y son trenes, cables, metroplús y futuro tranvía, y el colectivo, de buses y microbuses.
Ambos suman 2'085.060 viajes (527.843 en masivo y 1'557.217 en colectivo) de los 5'614.292 que hacen al día los 3'300.000 habitantes del Aburrá, según la Encuesta origen y destino de hogares de 2012. Y si se toma como valor promedio del viaje en ambos 1.600 pesos, estos sistemas reciben diario 3.336'096.000 pesos. Al año es un billón 217.675 millones 40.000 pesos.
Juan E. Martínez, subdirector de Movilidad del Área, dijo que buscan evitar lo de Bogotá, donde Transmilenio y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) operan con distintas tarjetas y si el usuario necesita los 2, debe tener ambas y pagar pasaje pleno en cada uno. Angelcom recauda en la mayor parte de Transmilenio y Recaudo Bogotá, en el resto y en el SITP. El 27 de abril Semana dijo: "En Bogotá existe el único sistema integrado de transporte (...) cuyas tarjetas no están sincronizadas".
Martínez afirmó que no está definido si en el Aburrá quedarán una o varias, pero sí habrá un sistema unificado de recaudo que permitirá que el ciudadano, con cualquier tarjeta, acceda al sistema masivo y al colectivo.
"Las tarjetas que aparezcan tendrán que hablar el mismo idioma. El sistema integrado va con la Cívica, así lleguen otras, porque el Metro ha invertido en esta tecnología", precisó.
"Habrá una cabeza, que podría ser una fiducia que haga el recaudo y distribuya dineros a los operadores de rutas", indicó y agregó: "El Metro, por ejemplo, está autorizado para recaudar dinero y en las cuencas 3 (Belén) y 6 (Manrique), que funcionarán desde octubre, les distribuirá las porciones a los operadores".
Javier Hurtado, vicealcalde (e) de Movilidad de Medellín, señaló que la idea es que el ciudadano no tenga que cargar varias tarjetas. En el Aburrá ya operan dos tarjetas en transporte público. La Cívica, del Metro, y la Única, de Tecnologías de la Información y Pago Integrado S.A.S.
Ramiro Márquez, gerente del Metro, dijo que la Cívica debe ser la única tarjeta del transporte público. Primero, porque está en manos de un millón y medio de personas, por lo que si la cifra de viajes diarios en sistemas masivo y colectivo equivaliera a número de usuarios, le faltaría menos de 600.000 tarjetas para cubrir el sector, sostuvo.
Enfatizó en que el Metro es empresa pública, propiedad del Municipio de Medellín y el Departamento, que no busca negocio sino servicio. "Por este esfuerzo el Metro no recibe beneficio económico; al contrario, nos cuesta y quien se beneficia es el usuario", subrayó y agregó que en los 15 años que la tarjeta opere en las rutas alimentadoras de las cuencas 3 y 6, la rentabilidad del Metro será del 3%.
La empresa reportó que desde 2007, cuando empezó la Cívica, los usuarios se han ahorrado $40.458 millones. Indicó que los de Cívica personal o al portador pueden pasar de tren o cable a las líneas 1 o 2 de buses o viceversa, sin pagar más, si lo hacen en 70 minutos que se cuentan desde el ingreso al sistema.
Añadió que la empresa ha invertido 17 millones de dólares en la Cívica. "La decisión de hacerla compatible con otras tarjetas tiene 2 puntos: el Metro tiene autonomía administrativa y financiera que tienen que respetar aun las autoridades de transporte, que no nos pueden obligar a entregar nuestro 'know how' (capacidad) como recaudador del Sitva. Lo otro es que la empresa podría dar apertura a esa tecnología para que otras se integren valorando riesgos, pero quien se vaya a usufructuar le debe pagar una indemnización por las inversiones", argumentó.
Destacó que la Cívica protege el dinero de la ciudadanía y asegura su información. "No conozco ninguna ciudad industrializada en que convivan diferentes tarjetas, de diferentes propietarios, para pagar en una misma red de transporte público integrado: París, Nueva York, Londres, Buenos Aires, Madrid, funcionan con una sola, casi siempre del Estado", concluyó.
Juan Fernando Tobón, gerente de Tarjeta Única, dijo que su producto opera desde el 28 de febrero y ya hay 3.500 tarjetas en uso en Taxiger, Automóviles Itagüí, Sotrames y Expreso Campo Valdés. Se recarga en Éxito, Surtimax, tiendas y droguerías.
"No somos competencia de Cívica, tenemos potencial para complementarnos", comentó y añadió que hoy su usuario no se ahorra nada "porque la tarifa del transporte es fija; la reglamentación podría dar ahorros".
Afirmó que en el Aburrá ruedan 5.000 buses, su firma tiene convenio con 1.000 y quiere llegar a los demás. "Invito al Metro y al Área a que avancemos en integración para que en buses se reciba Cívica y en el metro Única, pues adquirimos tecnología compatible con la del Metro".
Efraín Galeano, presidente de la Corporación de Transportadores Urbanos, consideró que el sistema colectivo "tiene las facultades para desarrollar programas y buscar recaudo propio y que la persona se pueda subir al metro si nos da la oportunidad".
Mientras llega la reglamentación, con Cívica y Única pasa lo de Bogotá: los dispositivos de la una no leen la otra.
PARA SABER MÁS
ASPIRAN VOLVERLAS TARJETAS DE CIUDAD
Metro y Tarjeta Única expresaron que sus tarjetas podrían llegar a taxis y más servicios, como salud y restaurantes. La concejal de Medellín Aura Marleny Arcila impulsó el Acuerdo 61 de 2012 que, dijo, "busca un estándar tecnológico que permita acceder a servicios de salud, transporte, entre otros. Sería una plataforma que recibiría las tarjetas que existan, compatible con el modelo del Área. Es complejo por que implica homologarlas".
EN DEFINITIVASe calienta el debate sobre si será una o varias las tarjetas del transporte público del Aburrá y quién recaudará el dinero, puntos fundamentales para la integración de los sistemas masivo y colectivo.