Después de 24 horas de patrullaje, hombres del Ejército no logran llegar al lugar de la supuesta matanza.
Para las autoridades sigue siendo un enigma la supuesta masacre que se cometió en la vereda El Rayo de Tarazá, Bajo Cauca antioqueño. La versión de Luis Albeiro González, el hombre que denunció el hecho el viernes en la Personería del municipio, no termina de convencer.
Según dijo Héctor Leonidas Giraldo, alcalde de la localidad, la investigación está avanzando aunque "él (Luis Alberto González ) no ha sido capaz de decir donde fue la masacre, todo es muy confuso. Hay muchas dudas y en este momento la investigación se centra sobre él".
Por ejemplo, en un principio se dijo que el testigo tenía 19 años de edad, sin embargo, dice el Alcalde, la versión ha cambiado, pues "ha dicho que tiene 25 años y otros comentan que tiene 34".
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que la masacre no ha podido constatarse, pues la zona de la supuesta matanza es de difícil acceso. También afirmó que no se puede asegurar, aún, que los autores de tal hecho fueron guerrilleros del frente 18 de las Farc.
Aunque el Alcalde confirmó que las comunidades de El Rayo dicen que en la vereda no hay resguardos indígenas, William Carupia, presidente de la Organización Indígena de Antioquia (OIA), comentó que, aunque en esa vereda no hay, sí se tiene presencia en zona rural de Tarazá, cercana a Ituango, donde hay otro.
En cuanto a los supuestos asesinados, que según fuentes judiciales son Celestino Cértico González, Margarita Ogarí, dos niños de 11 años, uno de cuatro años y dos niñas de cinco y tres años. William Carupia dijo que los apellidos (Cértiga, González, Ogarí) son de la etnia Embera Chamí, que tienen asiento en el suroeste antioqueño: Jardín, Valparaíso y Caramanta.
Sin embargo, en los últimos años, quienes buscan trabajo, se han ido al Bajo Cauca. En Tarazá está el reguardo Jaidezabí y en Ituango (municipio cercano al lugar de la presunta masacre) el resguardo Jaidukamá.
La zona, dijo el líder indígena, "es muy peligrosa porque hay presencia de guerrilla, bandas criminales y Ejército", por lo que hay continuos enfrentamientos. Además, indígenas han confirmado que es un sector minado y cocalero.
En los últimos dos años en Antioquia han sido asesinados 22 indígenas y en 2013 se cuentan dos, uno en Turbo y otro en Dabeiba; de confirmarse esta masacre, la cifra se elevaría a 9 indígenas.
ANTECEDENTES
MASACRE EN SAN ROQUE
El martes 30 de abril, en la vereda Santa Bárbara de San Roque, norte de Antioquia, también se cometió una masacre que no se ha podido esclarecer. En este hecho murieron Onofre Antonio Londoño Diosa, de 63 años; sus dos hijos, Fredy Adolfo y Dayro Alexánder Londoño Arias, y su sobrino Jorge Arbey Londoño Henao, de 44 años. Un año atrás habían llegado las cuatro personas a esta vereda procedentes de la comuna 13 de Medellín. La Alcaldía de San Roque ofreció una recompensa de 30 millones de pesos para quien dé información sobre los asesinos.