Como experiencias positivas en su vida están el matrimonio, los hijos y los nietos.
Es la excepción y no la regla que una persona llegue a sus cien años lleno de vitalidad. Pero Luis Ángel Betancur Uribe si está fuerte este sábado para contar la historia. Por eso, sus hijos, nietos y amigos le celebrarán el centenario.
Nació en Entrerríos, Antioquia, el 14 de abril de 1913, en la vereda el zancudo, en el hogar constituido por Epitacio Betancur y Crescencia Uribe, ambos fallecidos; hogar conformado por doce hermanos. Él, Luis Ángel, el segundo entre ellos.
Vivió su niñez en la vereda El Zancudo, al lado de sus padres y hermanos, donde jugaban con bolas de cristal y trompos. Fue en la escuela la Concordia, con Doña Julia, donde aprendió a leer y a escribir.
A sus 15 años comenzó a trabajar en tenerías y ayudarle a sus padres a la crianza de sus hermanos. La vida la dedicó también al trabajo en arriería, ganadería, negocios y agricultura.
Se casó a los 38 años con Ernestina Arango Palacio, de cuya unión nacieron siete hijos, Nazario, Marta Cecilia, Flor Alba, Gloria Celina, Luis Fernando, Angélica y Jhon Diego.
Dijo que como experiencias positivas en su vida están el matrimonio, los hijos y los nietos. "Me divertía bailando, tomándome mis tragos, dialogando con mis amigos de todos los temas, terminando las conversaciones con dichos o refranes para que ellos sacaran su moraleja", afirma.
Lo que más lo ha impactado en estos cien años ha sido la muerte de sus padres, de sus hermanos y de su esposa. Amigos y familiares lo definen como un hombre fuerte, sencillo, trabajador, honrado, optimista y lleno de vida y de Dios.