UN SENTIDO ACTO conmemorativo se hizo para recordar a las 82 víctimas de una tragedia que, según la comunidad, pudo evitarse.
Luego de un año de la tragedia Mariela Nanclares regresó al sitio en el que una avalancha le arrebató los amores de su vida: sus dos hijos y su madre.
No había sido capaz de volver allí para no recordar ese trágico episodio, que la dejó sumida en la soledad.
Llegó directamente al sitio de partida de la marcha, la parroquia de La Gabriela, la cual se programó para conmemorar el primer aniversario de la tragedia que cobró la vida de 82 personas de Calle Vieja.
Mariela y cientos de personas acompañaron la marcha, que demoró una hora en empezar a la espera de la silleta que se había mandado a elaborar para encabezar el ritual, la cual bordeaba una frase "Huellas de amor y vida quedarán por siempre en esta tierra y en nuestros corazones". Y en el centro del arreglo floral un corazón encerrando otros 40.
Portando camisas, globos y banderas blancas recorrieron, junto al carro de bomberos, una banda del Ejército y un grupo de bailarines, un poco más de un kilómetro hasta llegar a Callevieja, donde algunos no pudieron contener las lágrimas al hacer el ingreso.
"Se siente algo muy maluco, un dolor intenso porque es volver a recordar e imaginar lo sucedido", expresa Mariela todavía un poco tranquila parada sobre la montaña de tierra que quizás tapó a sus seres queridos y sobre la que ayer lucían cientos de banderas blancas enterradas.
-Sentí mucha nostalgia y con algo de consuelo al ver a las amigas de Catherine, fue como verla a ella también- cuenta Mariela, mientras deja escapar de sus ojos una lágrima, que limpia con su mano, pero a su vez una sonrisa, que denotan ese doble sentimiento que la invadió.
Mariela se refugia al lado de sus amigas para seguir los actos conmemorativos y cuyo momento más emotivo se da cuando se rinde el minuto de silencio por las víctimas y con el que los familiares de los desaparecidos, ubicados bajo una carpa, estallan en lágrimas.
El acto conmemorativo, según Sandra Yaneth Echeverri, presidenta de la veeduría, también tenía como objetivo visibilizar la negligencia de las autoridades no solo en el control, porque era una tragedia anunciada como consta en 192 folios de la Fiscalía, sobre las denuncias que desde 2003 se habían instaurado, sino también en las investigaciones para hallar y castigar a los responsables.
"Sabemos, aceptamos y entendemos que la muerte es parte de la vida misma, pero es muy doloroso, cuando no es el tiempo aún de morir, que nos arrebaten a la gente que amamos", manifiesta Sandra.
Aclara que el país tiene que saber que Calle Vieja no era un asentamiento, que cada uno de los que estaban allí pagaron por su pedazo de tierra, que no se la robaron a nadie y que es fruto de su esfuerzo y de las ganas de salir adelante.
Contexto
1. Cerca de 50.000 metros cúbicos de tierra sepultaron, el 5 de diciembre de 2010, 40 casas y 82 personas en el sector de Callevieja, barrio La Gabriela de Bello.
2. Aunque las denuncias sobre los riesgos que existían sobre Callevieja datan de 2003, y se han interpuesto otras posteriores, aún no hay responsables.
