
En la calle Obando, sector también conocido como La Chirria, barrio Alto del Medio, y Los Laberintos, en el asentamiento José Antonio Murillo, dos zonas populares de Rionegro, señalan algunos pobladores los principales expendios de estupefacientes. Sin embargo, las muertes de un sacerdote y de tres estudiantes de la Universidad Católica de Oriente son argumentos para no hablar del tema en voz alta.
Quienes abordan la problemática reconocen en estos sitios un negocio por años alrededor de marihuana, bazuco y coca.
-Primero, el negocio lo tenían algunos nativos que se dedicaron a eso -cuenta un habitante que pide mantener su nombre en reserva-. Luego llegó el crimen organizado y la banda "Los Pamplona" tomó el manejo.
Según conoce, estos habrían sido desplazados de esta renta ilegal por "los Urabeños" o "paras", como se les conoce en la localidad. Se cuentan casos de ocupación arbitraria de viviendas, lo que pone a propietarios en riesgo de ser sancionados con la expropiación por la utilización del inmueble para la distribución de estupefacientes.
A los mismos "paras", algunos habitantes los responsabilizan de la extorsión y la usura a través de créditos "gota a gota".
Que me muestren la olla
Una visión opuesta a la que se percibe en las calles sobre los expendios de droga, tiene el alcalde, Hernán Ospina, para quien la inclusión del municipio en el listado de 20 localidades donde el presidente Juan Manuel Santos ubicó las principales 24 ollas de vicio, es una falta de respeto, cuando menos una ligereza.
"Ese término no lo acepto y me parece que es un irrespeto con Rionegro", manifestó el mandatario a la salida de un consejo de seguridad.
"Sí me gustaría que nos hagan la claridad si la olla está en el sector urbano, rural o en qué barrio, si conocen dónde está, para poder ir allá", señaló.
Santos fijó a las autoridades un plazo de 60 días para intervenir estos sitios, focos del microtráfico. En Antioquia, Medellín y Rionegro están en la lista.
"No comparto el calificativo ni los 60 días", advirtió el alcalde. Reconoció que el negocio de estupefacientes es un problema de tiempo atrás, pero que no puede emprender acciones donde resulten violentados habitantes de bien de sectores marginales. Ospina manifestó que tiene un plan de transformar la calle Obando mediante un proyecto urbano para el cual recurrirá a la compra de predios en el sector.
Operatividad policial
El comandante del Distrito Seis de la Policía de Oriente, mayor Luis Guevara, confirmó que en 2012 se presentaron 60 capturas en el barrio Alto del Medio, la mayoría relacionadas con el porte y el tráfico de estupefacientes. Reveló que la institución está identificando aquellas propiedades que son objeto de frecuentes allanamientos por venta de drogas.
"Vamos a avanzar en el tema de expropiar estos bienes", sentenció.
Pese a reconocer el arraigo del problema de drogas en la calle Obando y el asentamiento José Antonio Murillo, el oficial descartó que estas rentas ilegales estén controlados directamente por "los Urabeños".
ANTECEDENTES
UN LÍDER QUE SE OPUSO A LAS DROGAS
El asesinato del padre Luis Carlos Orozco (12 de febrero de 2011) está en el recuerdo de los habitantes de Rionegro como muestra de que quienes manejan el negocio de estupefacientes no están dispuestos a dejarse incomodar. De acuerdo con la investigación, la labor que adelantaba el párroco para aislar a grupos de jóvenes del consumo de drogas le costó la vida. El sacerdote, de 26 años, fue atacado por un sicario en el atrio de la iglesia de San Nicolás. Las autoridades atribuyeron el crimen a la banda "los Pamplona".
INFORME
INCAUTADAS 1,7 TONELADAS DE MARIHUANA
El CTI de la Fiscalía confirmó ayer la incautación de 1,7 toneladas de marihuana en una casa en la ciudad de Pereira, que según el ente estaban destinadas a surtir plazas de vicio de Medellín. La droga, que está avaluada en 400 millones de pesos, se hallaba empacada en 27 paquetes de 50 kilos de pesos cada uno y cuatro bloques envueltos en papel, bolsas plásticas y costal de fique.
La información de inteligencia indica que el cargamento partió desde el norte del Cauca y su destino final era la capital antioqueña.
EN DEFINITIVA
La mención de Rionegro entre las ollas de vicio que el presidente Santos ordenó atacar en el país, con un plazo de 60 días, despertó una opinión contraria en la administración municipal.