Para conducir uno de los 20 buses articulados o 47 padrones de metroplús, no basta con saber manejar carro. A los conductores el Metro les exige ser bachilleres, formación técnica y en normatividad y hasta la presentación de un proyecto de vida.
El proceso educativo lo desarrollan en la Institución Universitaria Pascual Bravo, donde actualmente se forman 60 hombres que, al final de abril, tras recibir certificación, se sumarán a los 125 conductores y siete coordinadores que ya trabajan en la línea uno, que recorre la troncal Universidad de Medellín - Parque de Aranjuez. Con ellos estudian otros cuatro ciudadanos que se desempeñarán como coordinadores del sistema de buses.
Los futuros conductores son hombres entre 25 y 45 años, con una experiencia mínima de dos años en conducción de carro. La mayoría proviene de empresas de transporte público de las cuencas tres (Belén) y seis (Manrique), zonas de influencia de metroplús.
Jaime Wilches, jefe de Operación de Buses del Metro, indicó que los conductores quedan capacitados para manejar articulados y padrones, tanto en la línea uno, como en la pretroncal de la avenida Oriental que, dijo, empezaría a funcionar en la segunda quincena de abril, cuando estén listos los paraderos.
Diego Giraldo, profesional de Operación de Buses, agregó que a los aprendices les pagan 720.000 pesos en cada uno de los dos meses que dura el curso, lo que aumenta el compromiso de estas personas que, cuando sean operarios, trabajarán seis horas diarias y devengarán un salario de 928.000 pesos, con todas las prestaciones sociales.
Carlos Espinosa, encargado del curso por parte del Pascual Bravo, dijo que la formación es integral, gratis, se da en aulas y la práctica es en patios del Metro y en la línea uno de buses.
William García tiene 39 años y desde diciembre de 2011 está vinculado, con contrato indefinido, a la Fundación Pascual Bravo, que administra la nómina de conductores del metroplús. Trabajó en otra empresa de transporte público y aseguró que a veces laboraba de 4:00 a.m. a 10:00 p.m. Hoy, anotó, tiene más tiempo para su familia, sueldo fijo y no depende de "guerra del centavo".
¿QUÉ SIGUE?
LES OFRECEN UNA TECNOLOGÍA
El Metro y la Fundación Pascual Bravo les dan facilidades de horarios a los conductores para que adelanten estudios universitarios. Tres de ellos estudian en instituciones de la región y siete se forman en Tecnología en Operación Logística de Transporte, en el Pascual Bravo. Incluso hay algunos que cuentan con el inglés como valor agregado. Es el caso de William García, que hizo un curso hace varios años en la ciudad, en el American English Corporation.