Estructuras aplicadas a 42 trenes permitirán reducir factura de EPM hasta en un 4,75 por ciento.
Cerca de 18.000 millones de pesos paga el Metro al año por consumo de energía y de ese total unos 13.000 millones corresponden a maniobras de tracción. "Estos pagos tan altos de materia prima son un problema para la Empresa", reconoce Jaime Pérez, jefe del área de Ingeniería.
Pero la solución ya la tienen y será desarrollada tras una investigación adelantada en octubre del año pasado con ingenieros aeronáuticos de la Universidad Pontificia Bolivariana y apoyada por Colciencias.
En términos simples, el Metro instalará máscaras en las zonas frontales de 42 trenes, los que corresponden a la primera generación, modelo años 80. "Esos trenes no fueron mal diseñados, hace 30 años era otro el contexto, eran otras las exigencias en cuanto a ahorro de energía y ecoeficiencia", señala Pérez.
Las máscaras, cuyo diseño no modificará longitudes ni amplitudes del metro, les ayudarán a los trenes a cortar el viento, a disminuir resistencia y, en consecuencia, a bajar el consumo de energía. El prototipo fue desarrollado para pruebas realizadas en octubre del año pasado en viajes reales, con pasajeros reales, durante cerca de 45 días, después de ser ensayado en el túnel del viento de la Bolivariana.
También conocidas como carenas, serán elaboradas con materiales compuestos, como resinas y polímeros, pesan cerca de 200 kilos y, según el Metro, cumplen con normas ferroviarias internacionales, por lo que no hay riesgo para los pasajeros ni para el sistema. "Era uno de los retos, además del ahorro de energía, del beneficio al medio ambiente, de tener una pieza agradable a la vista y con facilidades de acoplamiento: que sea segura".
Efecto aerodinámico
Cuando las máscaras estén en uso, los trenes le darán cara al viento sin aristas. Este se deslizará en vez de golpear y encajonarse en el parabrisas y el sistema de luces.
Lo que parece simple implicará un ahorro de energía del 2 al 4,75 por ciento, aplicable a una cuenta anual con EPM que no baja de 18.000 millones de pesos al año.
El porcentaje es variable, explica Jaime Pérez, porque depende de la cantidad de paradas y del tiempo invertido en cada una. "Es un ahorro con efectos positivos en la estabilidad económica de la Empresa".
¿Qué sigue?
Para Mauricio Giraldo, jefe de Investigación de la UPB, ya hay una ganancia con este proyecto: "En nuestro medio la dificultad propia de las investigaciones es que pocas veces tienen aplicación en el sector productivo. En este caso, la satisfacción es que la sociedad sí se verá beneficiada por los resultados".
El proyecto está en fase de aprobación y de estructuración del plan de trabajo, que indica de manera preliminar que todos los trenes modelo 80 (42 de los 55 del sistema) tendrán actualización del diseño. Hacia junio de 2014 los veremos rodar, aerodinámicos, enmascarados, ecoeficientes.