Este lunes se cumplen cuatro años de uno de los casos judiciales más enigmáticos de los últimos tiempos en Medellín: el de dos muchachas de 17 años que fueron desmembradas y metidas a una caneca con cemento, dentro de una vivienda del barrio Boston.
Las madres de las víctimas continúan dando la batalla jurídica con tutelas, pero las embarga el dolor porque el sospechoso de agredir a las adolescentes sigue libre, sin haber pagado un solo día de prisión.
"La abogada que nos está asesorando puso una tutela, y la ganamos, para que el fiscal del caso entregue el expediente, pero él no lo ha hecho", manifiesta Yackeline Patiño Orrego, mamá de la difunta Katherine Cano Patiño.
En igual situación está Elsy Correa, madre de Cindy Lorena Giraldo Correa, quien no ha dejado de tocar puertas para que el episodio no quede en la impunidad.
"Qué tristeza, nosotros no poder sacar los restos de las niñas del cementerio de San Pedro, porque en cuatro años las autoridades no han hecho nada. Ya queremos que ellas descansen y nosotros también", cuenta Elsy.
El estremecedor caso fue conocido por las autoridades el 4 de marzo de 2009, cuando los vecinos de una vivienda de Boston llamaron a la Policía, tras notar olores y movimientos sospechosos. Dos uniformados acudieron y observaron que en el balcón de la casa había varios bultos de cemento.
Tocaron la puerta, pero un hombre de 66 años la trancó, mientras su hijo escapaba por los tejados.
Los funcionarios públicos entraron a la fuerza, observando que en una habitación había una caneca de plástico llena de cemento endurecido, de la cual asomaba una cabellera negra.
Los criminalistas del CTI, valiéndose de martillo y cincel, fragmentaron el material y extrajeron los cadáveres desmembrados de las dos muchachas.
Según sus familiares, un par de días atrás Katherine y Lorena habían salido de sus casas para asistir a una fiesta en la casa del sujeto que escapó por los tejados. Días después el hombre se presentó ante la Fiscalía, que hasta el día de hoy no lo ha judicializado por ningún delito.
La razón es que, tal cual expuso una forense de Medicina Legal a Yackeline, no fue posible determinar si las víctimas fueron asesinadas. Se rumoró que fueron ahorcadas, abusadas o drogadas, aunque lo cierto es que la causa de la muerte quedó por establecer, por lo cual el ente acusador no ha podido expedir la orden de captura por homicidio.
Las autoridades ya tienen la certeza de que el sospechoso las desmembró, aunque tampoco lo han acusado por el delito de irrespeto a cadáver (artículo 204 del Código Penal), que al menos genera una multa al infractor.
A través de marchas pacíficas, grupos de Facebook y apoyo de ONG feministas, las familias han tratado de destrabar el caso, sin éxito.
El Colombiano se comunicó con la Fiscalía para indagar sobre el estado del caso, y fuentes del organismo se comprometieron a revisarlo esta semana.