Con un pasado glorioso, el Nutibara fue el primer Hotel de lujo construido en Colombia.
Contaba Héctor Ramírez, del Club de Amigos de la Sonora Matancera, quien murió la semana pasada, que una vez entrevistando a Leo Marini en el Hotel Nutibara, el artista quiso dar por acabada la charla para buscar un médico que le aplicara una inyección subumbilical, parte de su tratamiento contra el cáncer de próstata. "Yo soy médico", le dijo y le atendió. "Deme el empaque de la ampolleta, como recuerdo suyo", solicitó el seguidor. "Ustedes los coleccionistas quieren tener las cosas de uno", contestó el artista. A Héctor no le faltó sino enmarcar esa etiqueta.
Esta anécdota es un ejemplo de que al primer hotel de lujo que se construyó en Colombia, el Nutibara, llegaban los más importantes artistas del mundo. Raphael, Julio Iglesias, Mercedes Simone, Hugo del Carril, Armando Moreno, Pedro Vargas, Chavela Vargas, Roberto Ledesma, Toña La Negra, Johnny Albino, Diomedes Díaz, el viejo Binomio de Oro, Joe Arroyo y Willie Colón...
Precisamente, cuando Willie Colón fue llevado preso, estaba alojado en el Hotel. Su presentación estaba anunciada para el 7 de septiembre de 1985 a las 8 de la noche, en el Coliseo Iván de Bedout, "cuando llegué a mi turno de las 10, apenas estaba con sus músicos, registrándose -recuerda Juan Jairo Correa, quien trabajó por 44 años en el Nutibara, hasta hace año y medio, cuando se jubiló-. Ya habían empezado los disturbios en el Coliseo". Los espectadores, desesperados por el incumplimiento, armaron el desorden y los destrozos fueron grandes. Los músicos llegaron al Coliseo, pero allí los recibieron a piedra. Pronto estuvieron de regreso en el Hotel y Colón le dijo a Correa: "Puede que venga la prensa y hasta la policía. A todos les dice que no estoy". "Si no se queda por ahí por el lobby dando lora, lo encubro, con mucho gusto".
Menos de diez minutos después, un camión con 15 o 20 soldados llegó a la puerta del Hotel. Quien los comandaba preguntó a Correa por los músicos. Ante la negativa del empleado, el oficial le dijo incrédulo: "¡alcahueta. Páseme la lista de los huéspedes". Los soldados sacaron a los músicos de sus habitaciones y los hicieron filar en el hall. De último en la fila, Willie Colón. Los obligaron a subir al camión y los llevaron detenidos.
De ahí salió la canción Especial N° 5, número de la celda en que estuvo el sonero.
Pelé, Gaitán, Zubeldía
El Hotel Nutibara fue fundado en 1945. Lo cual indica que mientras en Europa se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, en Medellín erigían esa torre. Ocho años antes, mediante Ordenanza número 10, se aprobó la idea de su construcción. La plazuela Nutibara era un terreno de difícil aprovechamiento. La quebrada Santa Elena, pasaba por sus inmediaciones. Contrataron al arquitecto Paul Williams, de Los Ángeles, para hacer los planos. La inauguración fue el 18 de julio de 1945.
"Williams diseñó el edificio y también las sillas, las mesas, las camas...", cuenta la actual gerente, Liliam Idárraga, quien tiene previsto, después de la remodelación del recinto, que va por etapas, disponer algunos de esos enseres en los corredores, como decoración.
Llegada hace año y medio del sector financiero, ella encontró en el Hotel una empresa que, un paso atrás y dos adelante, salía de la quiebra. La época gloriosa, esa de la que los empleados antiguos como Jorge Lalinde, 37 años con su uniforme rojo, recuerdan presidentes de la República, futbolistas como Pelé y los del Atlético Nacional, y personajes como Jorge Eliécer Gaitán y Pacheco, quedó atrás. El deterioro del entorno, sumido en suciedad e inseguridad, ahuyentó a muchos de los huéspedes. El esplendor de las fiestas en el Salón de los Espejos, con orquestas de planta como la Italian Jazz o la de Carlos Arturo El Señor del Bolero, se convirtió en un recuerdo que la gente evoca con nostalgia.
La empresa se acogió a la Ley 550, la de quiebras, en 2001. Un personaje clave para sacarlo de esa crisis fue Álvaro Rubio Escobar, un hombre que de joven había trabajado en labores varias del Hotel y en la alborada del siglo XXI acudió para salvarlo, con reducciones de gastos y sacrificios de todos, especialmente de los trabajadores, logró capotear la situación.
Todavía es difícil la realidad del Hotel, dice la gerente. Hay que cuidar cada peso, "pero ya estamos más del otro lado, el de la recuperación".
Los once pisos del Hotel Nutibara, edificio declarado Patrimonio Arquitectónico y Cultural de la Ciudad, están llenos de anécdotas protagonizadas por personajes célebres o anónimos que los empleados repiten con aprecio: Jorge Olmedo Méndez, el mujeriego; Víctor Visconti, el jugador; César Cueto, el amable; Daniel Santos, el bohemio; Camilo Villegas, quien quiso atinarle al hoyo imposible desde la terraza...
Con la esperanza puesta en la "recuperación del Centro" que propone la Alcaldía y hasta con el sueño de que algún día este sector sea peatonal, los del Hotel pretenden recuperar el protagonismo de otras épocas cuando el Nutibara era una fiesta.
1986
Hasta este año, los Presidentes de la República, en sus visitas a Medellín, se hospedaban en el Nutibara.
EN DEFINITIVA
Situado en el corazón de Medellín, el Hotel Nutibara ha sido sitio de encuentro de artistas, dirigentes y deportistas célebres. Salió de una quiebra que lo tuvo a punto de cerrar.