Menos de un año duró en su cargo Eduardo Rojas, el primer secretario de Seguridad de Medellín. Ayer, tras aceptarle la renuncia, el alcalde, Aníbal Gaviria, terminó una gestión que desde el principio tuvo reparos.
Primero, por la trayectoria académica y profesional de Rojas. Ingeniero de Sistemas de Eafit, y especialista en Alta Gerencia, Negociación, Contratación Pública y Liderazgo, venía de ser gerente de Benedán y de Medellín Digital.
"Hay quienes cuestionan que no es experto en seguridad", le preguntó este diario en entrevista publicada el 17 de abril de 2012, un día después de su designación. "El perfil lo establece el alcalde, él define lo que se necesita y en el marco de eso toma decisiones. La tecnología será el eje fundamental. Es uno de mis fuertes", respondió.
Segundo, por su poca figuración mediática en casos críticos. Manejó bajo perfil, lo que lo hacía invisible en unos momentos.
Y tercero, por la coyuntura. Su salida se produjo justo un día después de conocerse la encuesta de Gallup, en la que la favorabilidad de la imagen del alcalde bajó del 72%, que tenía en diciembre, al 54%.
Gaviria admitió que el predial y "ciertos brotes de violencia" causaron la caída". Sobre el segundo punto, que atañe a Rojas, si bien es cierto que en 2012 disminuyeron 25% los homicidios, 1.247 frente a 1.657 de 2011, es indudable la percepción de inseguridad en las últimas semanas tras el asesinato de dos niños en la comuna 13, balaceras en la 8 y la 16, paros de buses y fronteras invisibles.
Juan Restrepo, director de la Corporación Jerusalén, comentó: "Una salida cantada. Es capacitado para tecnología y comunicaciones. El nuevo secretario debe tener la ciudad en la cabeza y articular el tema de seguridad con otras secretarías".
Rojas resaltó su gestión en la articulación con organismos de seguridad y la puesta en marcha del Fondo de seguridad territorial, con más de 50.000 millones de pesos al año.
El alcalde le agradeció el impulso de la tecnología. "cámaras, sistema de monitoreo, CAI y patrullas móviles" fueron algunos de los elementos que destacó.
Designó como secretario (e) al exdirector de Fiscalías de Medellín, Arnulfo Serna Giraldo, quien venía como director técnico de Política Criminal en la misma secretaría. "Agradezco el voto de confianza", expresó.
En 2011, la fiscal, Viviane Morales, separó de su cargo a Serna. Sobre esto, Luis F. Suárez, vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad, dijo: "Hay discrecionalidad del fiscal para ello. Arnulfo Serna tiene experiencia".
ANÁLISIS
Ha sido una secretaría invisible frente a la ciudadanía
Diego Herrera Duque
Presidente del Instituto Popular de Capacitación - IPC
Ha venido fracasando la estrategia de seguridad. Cuando se creó la Secretaría de Seguridad nos sorprendimos porque el planteamiento eran más cámaras y pie de fuerza y se dejaron por fuera problemas estructurales, como qué hacer con la criminalidad, la disputa de neoparamilitares y cómo garantizar que la ciudadanía apoye alternativas sociales. No solo es tema de fuerza ni de coerción, sino de cultura ciudadana. Hay reacomodos en lógicas de criminalidad y fenómenos a los que no se les prestó suficiente atención: extorsiones, microtráfico, fronteras invisibles cerca de colegios. El cambio es necesario porque quien está en la dirección de la cartera es el responsable de la política de seguridad y cada vez aumenta más la percepción de inseguridad. Hay un aumento del 8% en homicidios, en relación con el año pasado; deserción escolar en algunas zonas e incremento en la confrontación entre sectores de La Oficina y Los Urabeños. Ha sido una secretaría invisible frente a la ciudadanía. Fue muy pobre su gestión, nadie lo conocía. El nuevo secretario debe tener un talante más dialogante con las comunidades. La seguridad es un hecho metropolitano, lo que implica hablar con funcionarios de otros municipios y hacer campañas para generar un entorno reflexivo favorable. Se debe trabajar la cultura política: no puede ser que muchos ciudadanos hayan naturalizado la presencia de delincuentes, eso es parte del blindaje de los criminales. Hay que construir más confianza en la institucionalidad y trabajar el enfoque preventivo y no solo coercitivo.
Primero, por la trayectoria académica y profesional de Rojas. Ingeniero de Sistemas de Eafit, y especialista en Alta Gerencia, Negociación, Contratación Pública y Liderazgo, venía de ser gerente de Benedán y de Medellín Digital.
"Hay quienes cuestionan que no es experto en seguridad", le preguntó este diario en entrevista publicada el 17 de abril de 2012, un día después de su designación. "El perfil lo establece el alcalde, él define lo que se necesita y en el marco de eso toma decisiones. La tecnología será el eje fundamental. Es uno de mis fuertes", respondió.
Segundo, por su poca figuración mediática en casos críticos. Manejó bajo perfil, lo que lo hacía invisible en unos momentos.
Y tercero, por la coyuntura. Su salida se produjo justo un día después de conocerse la encuesta de Gallup, en la que la favorabilidad de la imagen del alcalde bajó del 72%, que tenía en diciembre, al 54%.
Gaviria admitió que el predial y "ciertos brotes de violencia" causaron la caída". Sobre el segundo punto, que atañe a Rojas, si bien es cierto que en 2012 disminuyeron 25% los homicidios, 1.247 frente a 1.657 de 2011, es indudable la percepción de inseguridad en las últimas semanas tras el asesinato de dos niños en la comuna 13, balaceras en la 8 y la 16, paros de buses y fronteras invisibles.
Juan Restrepo, director de la Corporación Jerusalén, comentó: "Una salida cantada. Es capacitado para tecnología y comunicaciones. El nuevo secretario debe tener la ciudad en la cabeza y articular el tema de seguridad con otras secretarías".
Rojas resaltó su gestión en la articulación con organismos de seguridad y la puesta en marcha del Fondo de seguridad territorial, con más de 50.000 millones de pesos al año.
El alcalde le agradeció el impulso de la tecnología. "cámaras, sistema de monitoreo, CAI y patrullas móviles" fueron algunos de los elementos que destacó.
Designó como secretario (e) al exdirector de Fiscalías de Medellín, Arnulfo Serna Giraldo, quien venía como director técnico de Política Criminal en la misma secretaría. "Agradezco el voto de confianza", expresó.
En 2011, la fiscal, Viviane Morales, separó de su cargo a Serna. Sobre esto, Luis F. Suárez, vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad, dijo: "Hay discrecionalidad del fiscal para ello. Arnulfo Serna tiene experiencia".
ANÁLISIS
Ha sido una secretaría invisible frente a la ciudadanía
Diego Herrera Duque
Presidente del Instituto Popular de Capacitación - IPC
Ha venido fracasando la estrategia de seguridad. Cuando se creó la Secretaría de Seguridad nos sorprendimos porque el planteamiento eran más cámaras y pie de fuerza y se dejaron por fuera problemas estructurales, como qué hacer con la criminalidad, la disputa de neoparamilitares y cómo garantizar que la ciudadanía apoye alternativas sociales. No solo es tema de fuerza ni de coerción, sino de cultura ciudadana. Hay reacomodos en lógicas de criminalidad y fenómenos a los que no se les prestó suficiente atención: extorsiones, microtráfico, fronteras invisibles cerca de colegios. El cambio es necesario porque quien está en la dirección de la cartera es el responsable de la política de seguridad y cada vez aumenta más la percepción de inseguridad. Hay un aumento del 8% en homicidios, en relación con el año pasado; deserción escolar en algunas zonas e incremento en la confrontación entre sectores de La Oficina y Los Urabeños. Ha sido una secretaría invisible frente a la ciudadanía. Fue muy pobre su gestión, nadie lo conocía. El nuevo secretario debe tener un talante más dialogante con las comunidades. La seguridad es un hecho metropolitano, lo que implica hablar con funcionarios de otros municipios y hacer campañas para generar un entorno reflexivo favorable. Se debe trabajar la cultura política: no puede ser que muchos ciudadanos hayan naturalizado la presencia de delincuentes, eso es parte del blindaje de los criminales. Hay que construir más confianza en la institucionalidad y trabajar el enfoque preventivo y no solo coercitivo.