Después de recorrer más de diez mundos, Isabela Osorio Bustamante decidió que el más encantador era el de la plastilina, “porque yo misma la podía hacer y olía rico”, dijo la niña, de siete años de edad y quien visitó esos universos acompañada de su madre Alejandra, una muchacha de no más de 22 años.
Nunca antes el escenario de Plaza Mayor tuvo tanto color ni sus espacios se inundaron con tantas sonrisas y bullicio infantil como ayer, cuando se dio inicio a la Feria Buen Comienzo, que hasta el domingo estará abierta, con 29 salas interactivas para que los niños y sus padres se diviertan y a la vez aprendan la importancia de la crianza en los primeros años de vida.
Alejandra, la madre de Isabela, comentó que hacía tiempo su hija, de siete años, no pasaba una tarde tan feliz, en la que compartió con niños y niñas de diversos barrios de Medellín sin importar su procedencia ni estatura. Solo interesaba que estuvieran con las caritas pintadas, disfrazados y que tuvieran la alegría chispoteando en sus miradas.
“Lo mejor de Buen Comienzo es el programa nutricional, mi hija ya no lo tiene, pero cuando estuvo se le vio el desarrollo, yo vivía muy feliz con ella”, dijo la joven madre, que llevaba diez salas visitadas pero esperaba cumplir todo el recorrido.
Camila Gaviria Barreneche, directora de Buen Comienzo, recordó que aunque el componente alimenticio y nutricional es fundamental, el programa trabaja en siete componentes enfocados al bienestar de los niños.
“Es un programa de desarrollo integral que beneficia a más de 68 mil niños”, señaló y añadió que la meta para el cuatrienio es fortalecerlo en sus variables y componentes.
En la orquestaPero si alguien se divirtió ayer en Plaza Mayor, ese fue José Alejandro Pérez, que tocó tambor, xilófono y maracas y prácticamente descubrió que lo suyo será la música.
“Me gustó el tambor”, expresó sonriente este niño afrodescendiente de cuatro años luego de compartir “orquesta” con otros infantes de su misma edad en la caseta ‘Descubro lo que soy’, que busca que “los niños y niñas exploren actividades diferentes y se identifiquen con las que más les interesa”, explicó Jacqueline Arias, nutricionista de Buen Comienzo y quien animaba a los pequeños a recorrer el escenario libres de toda presión y hasta sin importar si en su actividad dañaban los instrumentos.
El alcalde, Federico Gutiérrez, que llegó al escenario a compartir con los padres de familia y los niños y a firmar el Pacto por la Primera Infancia de Medellín con otras instituciones estatales y de la Alcaldía, recordó que la tarea que se debe abocar en la ciudad es la “cuidar a nuestros niños, porque si construimos una ciudad para nuestros niños es hacerla para todos”.
Añadió que hay que respetarlos, velar por sus derechos y tener presente que la responsabilidad frente a la infancia es de todos: “el Estado no reemplaza a los padres de familia”, recalcó e invitó a que los amemos mucho y a formarlos en valores.
El mandatario recordó que esta semana, dentro del mismo programa, se formaron más de 3.000 personas, entre educadores, cuidadores y personas mayores, en aprendizajes enfocados a entender la importancia de cómo querer y cuidar a los niños.
“Buen Comienzo es el programa más bonito que tiene Medellín y debería ser obligatorio en todas las ciudades del mundo”, propuso.
De un total de 175.000 niños que viven en Medellín, 105.000 hacen parte del Sisbén, de los cuales Buen comienzo atiende a 68.000.
El secretario de Educación de Medellín, Luis Guillermo Patiño, resaltó las bondades del programa y señaló que un ideal que se está buscando es que una vez los niños dejen de ser cubiertos, por superar los cinco años e iniciar la etapa escolar, también tengan acceso a los mismos componentes de desarrollo.
“Buscamos que en el salto a la transición y a la básica primaria exista un proceso de acompañamiento pedagógico para que ese tránsito sea el más indicado y muchos de los procesos lúdicos de los niños permanezcan”.