La palabra 'medellinizar", que generó desde polémica hasta una campaña cívica, pasa a examen. "Mi esposa sintió ese desliz en el alma", dijo Martínez.
AAl general Luis Eduardo Martínez se le vino el mundo encima. Porque Medellín es un mundo, cálido y grato, pero un mundo en el que se desatan tempestades cuando se lo trata mal. El comandante de la Policía de Bogotá disfrutaba de los excelentes resultados de seguridad en la capital, que terminó 2012 siendo la ciudad más segura del país, cuando pronunció la palabra 'medellinizar' para ilustrar, frente a los periodistas, lo que podría pasar si los bogotanos no denuncian a los delincuentes.
La lengua le apretó el cuello al General y, para decirlo en términos muy policiales, le dieron bolillo. Y le siguen dando. Solo el carácter que quienes lo conocen saben que tiene de sobra, le ha ayudado a pasar la página en el episodio de la agria 'medellinización'. Aceptó dar una entrevista sobre el tema para que a nadie le queden dudas de que lleva la capital antioqueña metida entre el uniforme.
¿Usted se 'bogotanizó'?
"Ni peligro. Nací en Manzanares (Caldas) y de allá salí hace treinta años para la Escuela de Cadetes de Policía General Santander. Soy un hombre de provincia y un convencido de que este es un país de regiones que son la verdadera riqueza de la patria. A Bogotá la considero mi casa y me dieron el encargo de cuidarla; eso hago, con el mismo cariño y devoción que lo hice con Medellín, donde estuve por seis años, primero como comandante del departamento de Policía de Antioquia, y luego como comandante de la Policía Metropolitana de Medellín".
Entonces, si sumamos lo vivido en Manzanares y en Medellín, ¿usted es más paisa que cualquier otra cosa?
"Totalmente. Mis ancestros son paisas: por parte de padre, mi abuelo, Luis Eduardo, era de Santa Fe de Antioquia y mi abuela, María, de Santuario; y, por parte de madre, mi abuelo, Fernando, fue un bogotano que conoció a Tulia, su esposa, también en Santuario".
¡Con más razón. ¿No cree que a un general de ese origen le quedaba mal la generalización con la ciudad?
"Sí. Y a un coronel, y a un capitán, y a un patrullero. La tarea del policía es no generalizar: estamos para atender las necesidades de la gente, para respetar y hacer respetar las diferencias. Cuando generalicé, en ese episodio que me ha mortificado tanto, lo hice sin ninguna intención de molestar. La gente que trabaja conmigo le puede decir que soy coloquial, directo, sencillo y frentero".
Entonces, ¿de dónde salió el verbo 'medellinizar'?
"Estaba dando unas declaraciones en Usaquén sobre el fenómeno delincuencial de esa localidad, donde estamos interviniendo para desvertebrar las organizaciones de los 'Pascuales' y de los 'Luisitos', y un periodista me preguntó: "General, ¿Bogotá se puede 'medellinizar'? Le contesté que Bogotá tiene unos índices de criminalidad muy bajos y que no se podía comparar con la situación que viven algunas comunas de Medellín. Pero, al oír que su colega usaba esa palabra, no le vi mala intención y le contesté en sus propios términos. Nunca se me pasó por la cabeza que él quisiera estigmatizar o satanizar Bogotá. Era el ingenio de un colombiano, con algo de ironía, acuñando una palabra para describir un fenómeno. Ni él ni yo pensamos en ese momento que fuéramos a causar tanta molestia. Él "pasó de agache" y yo he tenido que poner el pecho y lo hago sin soberbia".
¿Quién es él?
"Decir eso no vale la pena. Es un muchacho decente que, como yo, estaba cumpliendo con su deber. No tuvo mala fe; si así hubiera sido, lo hubiera puesto en su lugar. Está muy triste, no quiso dar pie a la molestia de tantos antioqueños. Lo tranquilicé, le dije que nadie está exento de equivocarse".
Como colombiano, ¿qué experimenta cuando escucha, por ejemplo, que México se 'colombianizó'?
"Me pongo tan triste y a la vez tan molesto como se pusieron los medellinenses con la palabra 'medellinizar'. Colombia y México son dos países hermanos que afrontan situaciones delicadas de seguridad, que requieren atención y apoyo; Bogotá y Medellín son dos ciudades hermanas que comparten fenómenos de delincuencia, cada una en su grado, pero que no merecen nada más que respaldo".
¿Es cierto que el primer ofendido fue el alcalde de Medellín?
"No, fue el segundo. La primera persona que sintió en el alma este desliz fue mi esposa".
¿Ella es de Medellín?
"Nació en el Huila y aprendió a querer a los antioqueños durante mi gestión en el departamento. Apenas se enteró del episodio me mandó un mensaje de chat diciéndome lo mucho que le había dolido. Sin consultarme, le escribió días después al alcalde Aníbal Gaviria, para comentarle esa tristeza y decirle que está convencida de que en la lista de quienes quieren ofender a Medellín su marido está de último".
¿Será que, como decía un columnista de El Colombiano, usted tiene un cargo de conciencia del tamaño de la Piedra del Peñol?
"La "piedra" que tengo es con mi lengua. He leído las columnas que se han escrito sobre el particular y me parece que exhiben críticas centradas y valiosas; las entiendo, porque, aunque en Bogotá no se sabe, fui columnista de El Colombiano gracias a la generosidad de Ana Mercedes Gómez. Curiosamente me inventé una palabra en una de esas columnas y también hubo lío. hablé de las bacrín, con ene, en vez de las bacrim, con eme, explicando que eran bandas criminales narcotraficantes, y hubo molestia de parte de mis superiores".
¿Qué tanta molestia?
"Digámoslo de esta manera: esa fue mi última columna".
¿En Medellín fue más efectivo como policía que como columnista?
"Durante mi gestión capturamos a 252 subversivos y dimos de baja a sujetos tan peligrosos como alias 'Danilo' y a alias 'El paisa' (que secuestró y asesinó a Gilberto Echeverri Mejía y a Guillermo Gaviria). Capturamos a 577 integrantes de bandas criminales y a 1.860 miembros de organizaciones delincuenciales integradas al narcotráfico. A Medellín le debo la experiencia que nos ha permitido tener en Bogotá la tasa de homicidios más baja en 30 años".
¿Usted cree que Medellín se podría 'bogotanizar'?
"Ay, hombre, por Dios, usted además de periodista parece que tuviera la astucia de la gente de Medellín".
Es que nací en Medellín, general.
"¿Y está ofendido conmigo?".
Le estoy empezando a perdonar. No sé si lo hagan los otros 3 millones y medio del área metropolitana.
"Seguro. Esa gente es de oro" n
"Quien habla de 'colombianización' no es consciente de las consecuencias que usar esa palabra puede tener en el alma de un pueblo bueno".
PARA SABER MÁS
CONTRA LAS PLAZAS DE VICIO
A la petición de una promesa concreta para los habitantes de Bogotá en materia de seguridad, el general Martínez dijo que se propone atacar cien plazas dedicadas al vicio. "Lo vamos a coordinar a través de las 19 estaciones de Policía de la ciudad, con encargos muy puntuales de operaciones y resultados que la gente va a conocer al detalle".
EN DEFINITIVAEl general Martínez reconoció su error y acepta que en su frase pecó de coloquial porque quiere a Medellín y valora el aporte que le hizo la ciudad a su carrera.