Hace 10 días las Farc reclutaron a 15 menores de edad en Campamento.
En las tierras calurosas del Bajo Cauca imperan tres cosas: los grupos armados, la minería y el silencio. Desde 2010 la calma es un sopor que casi se rompe. Después de varios enfrentamientos ese año, Farc y bandas criminales acordaron una tregua que no levanta sospechas y les deja réditos a todos.
Los desmanes que cometen los grupos -Farc, Paisas, Águilas Negras, Urabeños y Rastrojos- no se denuncian, apenas se cuentan como un secreto, así como este: el año pasado en la vereda La Capilla de El Bagre, miembros del frente 36 de las Farc abordaron a la profesora de la escuela y le pidieron la lista de los estudiantes, además, le dieron una fecha en la que se llevarían a los estudiantes.
Pese a que José Gabriel Navarro, personero de El Bagre, no conoce este hecho, sí señala que el fenómeno se da, pero que hasta su despacho no llegan denuncias; en lo que coincide Orlando de Jesús Ávila Villegas, personero de Caucasia.
Pero esta historia -referida por alguien cercano a la comunidad, que pide la reserva de su nombre, y que además advierte que los niños tienen que recorrer caminos de hasta dos horas para llegar al colegio, y es ahí donde está el peligro - es conocida por la Policía Antioquia, que se encuentra investigando, aunque, según dicen, ningún menor ha desaparecido.
Suerte que no se corrió en la vereda Barcino de Campamento, Norte de Antioquia, donde el pasado 5 de enero hombres de las Farc se llevaron a 15 muchachos, ninguno con más de 18 años. La Policía denunció el caso y la Fiscalía de Yarumal lo investiga.
En el Bajo Cauca -y no solo en el Bajo Cauca- el reclutamiento tiene dos vertientes: muchachos que los grupos armados se llevan a empellones, pese a las lágrimas y a las despedidas, y los que se van porque sí, porque no tienen otra opción, porque es su realidad, así como la de otros es ir a estudiar y después trabajar. Además están la pobreza y el abandono del Estado.
En datos de la Gobernación de Antioquia pesa que el 70 por ciento de las familias del departamento que tienen por lo menos un estudiante en nivel superior de educación, reciben menos de dos salarios mínimos al mes.
Puntos en el mapa
Felipe Andrés Gil Barrera, secretario de Educación del Departamento y gobernador encargado, tiene tres regiones señaladas en su mapa mental de Antioquia: Urabá, Nordeste y Bajo Cauca, donde la deserción escolar aumenta y donde el reclutamiento es una amenaza debido al avance de los grupos armados.
Antioquia tiene ocho municipios que rompen la barrera de la deserción en el país: Puerto Nare, El Bagre, Amalfi, Segovia, Yalí, Briceño, San Andrés de Cuerquia y Abejorral.
La Séptima División del Ejército también tiene sus focos de trabajo, justo donde hay más riesgo de reclutamiento, y son: Bajo Cauca: El Bagre, Tarazá y Cáceres. Nordeste: Anorí y Segovia. Norte: Ituango y Briceño. Urabá: Apartadó, Turbo, Necoclí, Vigía del Fuerte y Murindó.
Según el director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Diego Molano, Antioquia es el departamento donde más se reclutan menores -sobre todo las Farc-. Las cifras son del Observatorio del Bienestar de la Niñez, en que se registran 741 casos de menores desvinculados de la guerra en los últimos diez años. Esta cuenta, dice Felipe Andrés Gil, esta mal hecha, porque "no se puede determinar que en Antioquia se reclutan más menores por las cifras de desvinculación. Una cosa es reclutar y otra desvincular".
Según la Secretaría de Gobierno de Antioquia, de 2001 a 2008 subió el reclutamiento forzado en el departamento y se mantuvo estandarizada la desvinculación, después de 2009 bajó el reclutamiento y aumentó la desvinculación.
La prevención
Entornos Protectores es la estrategia que la Secretaría de Educación del Departamento implementa para prevenir el reclutamiento -así como Medellín tuvo las Rutas Seguras para proteger a los menores que atravesaban las fronteras invisibles-; allí se trabaja con familias y profesores. Se realiza en 19 municipios de las regiones con mayor problemática y se atienden 7.974 menores.
Además, están los Semilleros de Emprendimiento, jornadas extras en las que el año pasado más de 9.000 estudiantes -el departamento tiene 550.000- aprendieron a formar empresa. Sin embargo, el conflicto también afecta a los profesores. En 2012 hubo 134 denuncias de amenaza, fueron comprobadas 76.
Y hay un fenómeno que crece: también hubo docentes autoamenazados, profesores que por el miedo al conflicto que en 2012 azotó el Nordeste, fingieron que su vida estaba en riesgo, porque, igual que los niños, cruzan los senderos que ocupa la guerra n
ANTECEDENTES
ICBF Y POLICÍA TRABAJAN JUNTOS
Según el director Nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Diego Molano, las zonas donde más se recluta en Antioquia -y que están entre las regiones de más cifras en el país- son el Bajo Cauca y el Nordeste.
Según el comandante de la Policía Antioquia, coronel Gustavo Chavarro, el Icbf y la Fuerza Pública adelantan campañas de prevención en los municipios de esas regiones, "se hacen charlas con los menores y sus padres".
En definitiva
El reclutamiento forzado es un flagelo que nadie puede contar, porque no hay denuncias y solo hay cifras de los menores que se desvinculan del conflicto armado. Antioquia, en el foco.