Un nuevo caso de robo de cabello a una joven de 22 años esta semana reactivó las alarmas sobre el uso de esta modalidad delictiva en Cali, Valle del Cauca.
Se trata de Stephanie Arce, a quien le robaron su largo y negro cabello sin darse cuenta, mientras iba de compras por el centro de Cali.
La mujer sintió un jalonazo en el cabello, que le daba a la cintura. Lo único que dijo en ese momento fue: "¡Oiga Tenga cuidado", pero no sospechó lo que había sucedido.
"Íbamos a realizar las compras navideñas, hacía mucho calor y enrollé mi cabello a la altura de la nuca. Había mucha gente y me pareció muy normal lo de los empujones. A los dos minutos, sentí que me picaba mucho la espalda y el pecho; en el momento en que entré a un almacén para medirme ropa, me toqué el cabello para recogerlo mejor y fue cuando me di cuenta que me lo habían cortado y robado", indicó la joven.
Aunque Stephanie dice que ya lo ha superado y que cada vez que le cuenta la historia a sus amigos o a su familia se ríe, dice que sintió mucho dolor y estuvo deprimida.
"Me sentía bien con mi cabello, iba cada ocho días a la peluquería y me hacía diferentes cosas para mantenerlo hermoso. Ahora no quiero volver al centro, tengo miedo, aunque sé que ya no tienen nada más que robarme", afirmó.
Su madre Anunciación Carvajal, para consolarla, le prometió que le compraría extensiones de cabello y así fue, pero aún piensa si se las pone o no porque prefiere su cabello natural.
"Yo estaba horrorizada, pero le doy gracias a Dios porque no le hicieron nada a mi hija, yo le digo que el cabello vuelve a crecer", indicó Anunciación, quien se desempeña como maestra en el colegio Ciudad de Cali.
Stephanie indicó que no lo podía creer. "Ahora aparte de mi bolso y mi celular tengo que cuidar de mi cabello al salir, es un poco ridículo", sostuvo.
Según la Policía Metropolitana de Cali, aparte de este caso sólo está reportado oficialmente otro robo de cabello que se presentó en el mes de abril en el barrio el Ingenio, al sur de la ciudad, cuando una joven de 18 años fue desviada de su camino por un hombre quien mediante engaños, la llevó hasta la orilla del río y la retuvo durante una hora mientras le cortaba el pelo.
El comandante de la policía de la ciudad, general Fabio Castañeda, dice que la creciente demanda de las extensiones de cabello humano por lo rentable que resulta su comercialización ha hecho inevitables los robos. Los delincuentes roban con rapidez, usando tijeras o bisturí.
"Según las investigaciones, los delincuentes buscan cabellos que no hayan sido teñidos ni alisados, muchas veces realizan el secuestro express, para robar el cabello. Por el momento se desconoce sí en Cali existe alguna banda criminal o si actúan individual", indicó el general Castañeda.
El alto valor que tienen las extensiones de cabello natural ha hecho que los delincuentes vean atractiva esta nueva modalidad delictiva. El cabello natural oscila desde 110.000 pesos hasta 220.000 pesos mientras que las extensiones sintéticas cuestan 30.000 pesos.
Igualmente, el cabello sintético dura sólo dos meses, mientras que el natural tiene una vida de más de seis meses, por lo cual es tan apetecido para fabricar pelucas y extensiones.