Una niña de 14 años exhibe ante el mundo la cara amable de su barrio.
Por casualidad, así nomás, una niña del barrio La Independencia 1, en la comuna 13, conoció un día cualquiera a Francois Girbaud -el que inventó los jeans -dijo, convencida de que ese señor de barbas 'prelavadas' era el responsable de que exista el denim. Y de la misma forma, se encontró hablando a la vuelta de su casa con el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, o con la primera Dama de Medellín, Claudia Patricia Márquez o el alcalde de la ciudad, Aníbal Gaviria Correa.
-Así como le hablé al Alcalde le pude haber hablado a otra persona que me hubiera preguntado sobre las escaleras. Pudo ser el Presidente o una persona de la calle -consideró Estéfany Jiménez Restrepo, la pequeña que de manera improvisada terminó por ser guía de estos personajes recorriendo la pendiente en que se pierden las escaleras eléctricas entre su barrio y el Veinte de Julio.
Pero no es por azar que la niña ha dejado maravillados a todos los visitantes con los cuales ha compartido el recorrido en las escaleras. Con tan solo 14 años no ha dudado en ofrecerles una sonrisa -la que quedara en el recuerdo del gobernador de Río- o en contarles lo hermoso de la barriada en la que se crió y que se abrió para ella luego de que fueran puestas en funcionamiento las escaleras eléctricas.
-Cuando no estaban las escaleras eléctricas, eran puros callejones y escalas. Si mucho, uno subía hasta su casa; yo solo conocía a mis amiguitos y ya. Ahora conocí a la gente que vivía tan arriba que nunca había visto sus rostros -señaló Estéfany.
-Estaba encerrada en una sola parte y no era porque no me gustara subir, sino que eran tantas las escalas y tan pequeños los espacios...
Contó que las personas subían por su barrio con cara de cansancio. -Ahora, con las escaleras eléctricas, tienen tiempo de darle una sonrisa a la vida -anotó exhibiendo la suya.
Jugando con 'un mudo'
Girbaud la encontró jugando a las Escaleritas, sobre un tablero que tenía plasmado en sus casillas todo lo que había hecho la EDU durante la construcción.
-Nadie quería jugar y él se quedó mirando. Entonces yo le dije ¿jugamos? -recordó.
Jugando con el diseñador francés, del que pensaba que era mudo porque solo contestaba con gestos, leyéndole en cada turno la transformación de su barrio escrita en las casillas de las Escaleritas, se vio de repente rodeada por flashes de cámaras, sin saber con quién estaba compartiendo.
-Una señora se nos paró al lado y empezó a traducirme lo que él me decía. Me preguntó si conocía las escaleras eléctricas y que si lo acompañaba-. Ella accedió con mucho gusto y le contó lo lindo de su barrio.
También sin saber con quién estaba hablando, se cruzó en las escaleras con la esposa del alcalde Aníbal Gaviria, Claudia Patricia Márquez. Los elogios de la Primera Dama por la manera fluida en que le contó los detalles del proyecto que volvió los ojos de Medellín al barrio, le valieron conocer y ser la guía del Alcalde y el Gobernador de Río de Janeiro, de visita en la ciudad para la inauguración.
Ese día -anotó- el mandatario local no habló mucho, pero sí su invitado brasilero.
-Me dijo que en el país de él no había esa clase de niños, sin miedo de hablar con otras personas mayores. Dijo que quería un intercambio de niños de Medellín, como yo, para su país y que él iba a hacer lo posible por traer a niños de Rio de Janeiro.
Sueños de uniforme
Una fotografía en la que es apenas una bebé en los brazos de su papá es el único recuerdo que conserva de él, porque fue asesinado por miembros de un grupo criminal cuando ella tenía solo dos años.
-De mi papá sé que fue víctima de la violencia antes de la Operación Orión, en el 2000. Que prestaba servicio militar y en una licencia fue víctima de grupos armados ilegales.
Su mamá, Adriana María Restrepo, una líder de comunitaria ha sido su mayor apoyo para que ella y sus hermanos se hayan criado alejados de las drogas y de la violencia.
Estéfany hace parte desde hace dos años del Grupo Cívico Juvenil, que coordina la Policía Metropolitana en su barrio. Desde allí ha tenido la oportunidad de proyectarse hacia el futuro, con un uniforme puesto.
-Desde chiquita veía a los policías y los saludaba, les tomaba fotos. El sueño más grande mío es entrar a la Policía.
Por lo pronto, antes de ingresar a una escuela de cadetes en Bogotá, planea estudiar comunicación social para contar todo lo bueno de su barrio.
-En la comuna 13 hay niños que cantan, que bailan, practican deportes (su hermano es jugador destacado en el torneo Ponyfútbol), que quieren ser profesionales y demostrar que las personas acá no son malas, sino la fama.
Piensa que si la prensa cuenta las historias positivas de su barrio, más niños seguirán ese ejemplo y querrán destacarse.
PARA SABER MÁS
UNA ALTERNATIVA DE FORMACIÓN
Según el jefe de la Policía Comunitaria, teniente coronel Yed Milton López, el Grupo Cívico Juvenil comenzó en 2006 con 24 niños y hoy tiene casi 1.000 niños inscritos en toda la ciudad, quienes participan de programas que procuran el fortalecimiento de principios valores, en un trabajo que vincula no solo a los menores sino también a los padres de familia. Una banda musical marcial, chirimías, grupos de danzas y escuelas de fútbol, con niños entre los siete y los 15 años, son algunos de los resultados que muestra en la comuna 13 este programa promovido por la Policía Comunitaria.